Londres, 24 oct (EFE).- Uno podría pensar que después de más de sesenta años en la misma profesión, la pasión por el trabajo ya no sería la misma. No es el caso del aclamado pionero del arte pop español Manolo Valdés, quien, tras una vida entera dedicada al arte, confiesa que su vocación «permanece intacta».
«Sin duda, lo que más me gusta es trabajar en la pintura y la escultura. El estudio es el sitio que me atrapa», aseguró en una entrevista con Efe en la capital británica.
Aunque disfruta «haciendo otras cosas como la pesca», lo que más le «entusiasma» es tener un pincel o un cincel en la mano y apuntó que, con la edad, había aprendido a ser «todavía más celoso» del tiempo que tiene que dedicarle al trabajo.
Con mucha «ilusión» y aún «arrastrando el jetlag», el artista valenciano viajó a tierras anglosajonas para inaugurar, este jueves, la nueva exposición de la Opera Gallery de Londres que hace homenaje a los últimos trece años de su carrera.
Cuando le pedimos señalar su obra favorita expuesta, Valdés fue incapaz de quedarse solo con una. «Siempre siento un especial cariño por alguna, pero ese cariño cambia, incluso en el mismo día. Cosas que en el estudio de Nueva York las veía con unos ojos, aquí las veo con otros», contó a Efe.
Inspirado en viejos maestros como Velázquez, Rembrandt y Goya, Valdés utiliza el diálogo con la historia del arte como pretexto para crear una nueva estética marcada por su particular estilo. Retoma y reinventa clásicos según la percepción de su «mirada cambiante», descubriendo maneras de plasmar algo diferente cada vez.
En la exposición, que estará abierta al público del 25 de octubre al 16 de noviembre, coexisten un total de treinta obras de Valdés que abarcan desde la escultura hasta la pintura y la artesanía.
Algunas creaciones más recientes como «Menina Rosa» y «Menina Azul» irán de la mano de piezas icónicas como «Retrato de una dama», trazando la trayectorIa del artista desde el año 2006 hasta el presente.
Según la directora del museo, Federica Beretta, el foco de atención de la exhibición es «la maestría artesanal del artista», que queda latente en la versatilidad de los materiales utilizados en sus composiciones: vidrio, alabastro, cuarzo, arpillera, hierro y bronce, entre otros.
Aunque «con el paso del tiempo se tiene menos energía», agregó, la voracidad del artista por seguir creando permanece intacta. En parte, esto se debe a Nueva York, ciudad que, desde hace más de veinticinco años, es el hogar y el «estímulo» creativo del pintor.
A pesar de su larga trayectoria profesional, la «gran ciudad plástica», genera en Valdés la «sensación de estar continuamente aprendiendo», señaló, motivo por el cual no tiene pensado volver a asentarse en España, su tierra natal.
«En realidad, nunca la he dejado, voy y vengo», relató el artista valenciano que, a pesar de llevar dos décadas en el extranjero, permanece interconectado con sus raíces.
«El sentido de la distancia hoy en día es muy asequible. En siete horas ya estás en Madrid, no es como cuando se tardaba veinte días en ir en barco», recordó entre risas.
En 1964, Manuel Valdés fundó el grupo artístico Equipo Crónica (1964-81) junto con Juan Antonio Toledo y Rafael Solbes. Los tres pintores valencianos se convirtieron en los impulsores de un movimiento de arte pop español afamado por ilustrar de manera distintiva la truculencia de la España franquista.
El movimiento introdujo una nueva expresión visual que combinaba ideas sociales y políticas con humor e ironía, haciendo uso de la estética del arte pop como un vehículo para un «abrir un debate político combativo», apostilló.
«Toda Europa vivía en democracia, excepto España. Todos los intelectuales de la época luchábamos para normalizar esa situación anómala y Equipo Crónica estuvo en primera línea», presumió Valdés.
Hoy, según lamentó, España «y el resto de Europa» se encuentran sumidas en una situación «anómala», con ciertos paralelismos con situaciones del pasado.
Sin embargo, aunque ha sido «una etapa clave» de su formación y de su vida, el «carácter reivindicativo» tan característico de Equipo Crónica ya no es tan prioritario en las obras de Valdés, explicó el creador.
Desde que inició su carrera en solitario, en 1981, ha logrado convertirse en uno de los artistas nacionales más internacionales e influyentes que hay en España.
Con obras expuestas en museos de todo el mundo, incluyendo el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Guggenheim Bilbao de España y el Young Museum de San Francisco y galardonado con varios premios, su éxito ha traspasado fronteras.
Aunque reconoce que ahora es «más escéptico» y que ya no cree que el «arte puede cambiar el mundo», como sí lo creía antaño, para Manolo Valdés sigue siendo el motor de su vida.
«Para mí pintar es como respirar. No puedo hacer otra cosa más que hacerlo, es una necesidad», concluyó con una de sus frases favoritas.
Por Claudia Böesser