México, 2 nov (EFE).- Finalizó la temporada de novilladas en Ciudad de México con la última corrida del ciclo Soñadores de Gloria 2019. El triunfador de la «temporada chica», Miguel Aguilar, se retiró entre aplausos a pesar de no cortar apéndice alguno.
Tampoco lo hicieron Alfredo Gutiérrez ni Juan Pedro Llaguno.
Las reses del hierro de Barralva fueron las peores de las 12 corridas celebradas en la Plaza México por su falta de casta, fuerzas y hechuras. Unas mil personas acudieron al coso en la noche del viernes.
Miguel Aguilar se despidió como triunfador rotundo de las 12 novilladas dadas por la Plaza México en este 2019. Fueron cuatro comparecencias del novillero de Aguascalientes en las que cinco orejas le han dado el triunfo final.
Ayer, Aguilar sacó su versión más seria, la que hace pensar en un torero de futuro. En su primera tarde brilló por su valor y sitio frente a los toros, en las segunda y tercera mostró un toreo más ventajista, pero ayer, en su último novillo, un manso con mucho peligro, Aguilar lo hizo todo con el corazón de la muleta.
Por el pitón izquierdo y por el derecho Aguilar lidió al de Barralva, que no solo salía suelto sino que a media embestida buscaba el cuerpo del novillero, que se mantuvo muy cruzado y quieto hasta que logró meterlo en la muleta. Luego mató de una estocada en la que se volcó con decisión.
A su primer novillo de la tarde no había ni posibilidad de meterle en la tela, un manso rozando la invalidez. Seria despedida de Aguilar sin necesidad de triunfalismos.
El resto de la novillada transcurrió por los mismos derroteros de mansedumbre. El único de la noche que podía dar juego fue el primero. Tocó en suerte a Alfredo Gutiérrez. Un novillo serio que no daba facilidades pero sí embestía con transmisión y cierta fijeza acompañada de furia, demandando mucho sitio y aguante al de luces.
Gutiérrez no arriesgó ante el peligro del cuadrúpedo y lo pasaportó rápidamente.
El resto de la corrida de Barralva careció de casta alguna. Además varios de los novillos, aunque de testa grande, mostraban unas hechuras incompletas que luego evidenciaban en la falta de empuje y fuerzas para estar en pie toda la duración de la lidia.
De hecho fue la primera novillada en la que los animales recibieron una sola puya en el tercio de varas salvo el último de la corrida, que recibió tres mal dadas, único detalle que reprochar a Miguel Aguilar en la noche.
En la compleja corrida para los jóvenes espadas, al enfrentar mansos de semejante calibre, destacó Juan Pedro Llaguno. Además de adornos con el capote, Llaguno no había demostrado nada de importancia en sus tres primeros novillos de la feria.
Más bien solo plasmaba feas tendencias de los novilleros mexicanos de último cuño, como son las voces con las que acompañan y justifican pases muy despegados sin cruzarse y ofreciendo el pico de la muleta.
Pero en su segundo novillo de la noche Llaguno dejó de dar gritos de capea y toreó muy recto y cruzado, todo al natural por el pitón izquierdo, logrando las mejores tandas de la noche ante un descastado. Aunque a veces perdió la distancia, dejó la sensación de poder aún contar para el futuro. Falló con la espada y dejó ir un premio merecido.
Acabó Soñadores de Gloria 2019, un expositor de jóvenes promesas en el que destacaron el triunfo rotundo de Miguel Aguilar, la decisión y la verdad de Christian Iván, la oportunidad perdida por Diego San Román y la bravura del hierro de Fernando Lomelí.
Entre, y por, el pobre nivel general de los novilleros destacó la labor de las cuadrillas.
Una lástima que ayer se despidiese el buen banderillero Christian Sánchez con un par de banderillas errático, que arregló de forma heterodoxa y al que pudo la vanidad cuando saludó a los tendidos. Es aun así Sánchez unos de los destacados en las novilladas del 2019.