Por Erick Cortés.- En Dubái, una ciudad que prohíbe las manifestaciones, cientos de personas marcharon para exigir dos cosas: el fin de los combustibles fósiles y un alto al fuego en Palestina.
La protesta, que ocurre a tres días de que concluya la COP28, se realizó dentro de la “zona azul” de la cumbre, por lo que ha sido custodiada por elementos de seguridad de las Naciones Unidas.
El área azul es un espacio disponible, bajo las leyes internacionales, para que las personas puedan reunirse y manifestarse sobre cuestiones relacionadas con el clima durante los días de la cumbre.
La ONG organizadora (War on Want), denunció que la protesta tardó más de una semana en realizarse debido que habían sufrido censura y la orden de no hablar de Palestina, versión que fue negada en un comunicado emitido por la agencia de la ONU que organiza la COP: “las Naciones Unidas están comprometidas a defender los derechos de los participantes para que se escuchen las perspectivas de todos”.
Después de corear consignas como “alto al fuego ahora”, los manifestantes guardaron un minuto de silencio por las víctimas que ha dejado la guerra entre Hamas e Israel tras dos meses de conflicto, y pidieron a los líderes de las naciones iniciar una transición hacia el uso de energías limpias.
En la cumbre, la Unión Europea y los Estados Unidos se han pronunciado a favor de iniciar una reducción inmediata del uso de combustibles fósiles en un debate que ha encontrado el consenso en la idea de que la única alternativa para frenar el cambio climático es dejar de utilizar energéticos como el petróleo, gas y carbón.
Por otro lado, países como Rusia, India, China y Arabia Saudí no han dejado clara su postura en relación al futuro de los combustibles fósiles, algo que ha sido duramente criticado por activistas como Karla Maas, de la organización Climate Action Network, quien opina que “sin el abandono de los combustibles fósiles, la justicia climática será cada vez más lejana y difícil de alcanzar”, pues los pueblos y las comunidades más vulnerables sufrirán los efectos de la crisis climática si “los países industrializados se niegan a liderar la transición y asumir su responsabilidad”, añadió.