Aguascalientes.- Más de 3 mil niños con indicios de diversas formas de maltrato fueron atendidos por el DIF Municipal en el 2019.
A través del programa denominado “Aprendiendo a cuidarme”, se ha logrado detectar a menores en condiciones de riesgo en el entorno en que viven e incluso en su mismo hogar.
Mediante este programa se enseña a los pequeños a cómo cuidarse y cómo detectar una situación que les incomoda, informó la directora del organismo asistencial, Alma Hilda Macías.
Asimismo, se hace hincapié a los niños en que es válido decir no o externar que les incomoda la manera en que algún familiar o conocido les habla y los saluda.
Los menores detectados con indicios de distintas formas de maltrato han sido canalizados a las ludotecas, donde también se da atención a los padres de familia, a quienes se les sugiere siempre aprender a escuchar a sus hijos y creerles.
“Crean en los niños, cuando un pequeño dice que su tío, su abuelito, su hermano, su primo o cualquier familiar conocido lo abraza, lo toca o le dice cosas que a él no le gustan, hay que creerle”, subraya la funcionaria municipal.
El año pasado, a través de las ludotecas y el mencionado programa se brindó más de 12,000 servicios y se atendió a 76 escuelas, donde se explicó a los niños la importancia de aprender a cuidarse.
El programa no se puede llevar a cabo sin la participación de maestros y de padres de familia, lo cual es clave para la detección de situaciones de abuso y de maltrato.
El hecho de que los menores estén bajo el cuidado de un familiar no es garantía de que estén exentos de toda forma de maltrato, hay muchas familias donde se dan situaciones de abuso.
La directora de la institución detalló que durante el 2019 se atendió a un total de 7,721 menores a través del mencionado programa.
De las diversas pláticas preventivas, se llevaron a cabo más de 3,000 canalizaciones del mismo número de niños a las ludotecas del DIF Municipal de Aguascalientes.
De estos pequeños, alrededor de 1,000 casos fueron turnados a otras instancias del DIF Estatal.
Mediante las pláticas preventivas también se dejó en claro a los niños que tampoco es normal que los golpeen, ni que les griten y tampoco que los abracen de una forma que los incomoda.