Un total de 35 aviones de guerra chinos cruzó la línea media del Estrecho de Taiwán e ingresó en el suroeste de la autoproclamada Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) taiwanesa durante el primer día de maniobras alrededor de la isla, informaron este viernes fuentes oficiales.
En su último informe, el Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán reportó la presencia de 49 aeronaves chinas en las inmediaciones de su territorio en las últimas 24 horas, el número más alto en lo que va de año, entre las que se encontraban cazas de combate SU-30 y J-16.
Asimismo, una cantidad no especificada de esos aviones pasó a 40 millas náuticas (74 kilómetros) de la ciudad norteña de Keelung, en donde se ubica una base militar.
En el primer día de ejercicios, la cartera castrense detectó 19 buques de la Armada y otros 7 barcos de la Guardia Costera china operando alrededor de Taiwán y de las islas Kinmen, Matsu, Wuqiu y Dongyin, archipiélagos bajo control taiwanés y ubicados a escasos kilómetros de China, de acuerdo al último reporte oficial.
En una conferencia de prensa, el mayor general Huang Wen-chi aseguró que hasta la tarde del jueves ninguno de esos barcos o aviones había ingresado en el perímetro de 24 millas náuticas alrededor de la isla principal de Taiwán.
El oficial también señaló que durante los primeros compases de los ejercicios las Fuerzas Armadas isleñas no habían detectado simulacros con fuego real.
El Ejército chino continuará con sus maniobras este viernes, y en esta jornada incluirán «operaciones integradas dentro y fuera del archipiélago y prueba de las capacidades conjuntas de toma del poder», según fuentes castrenses.
El portavoz del Comando del Teatro Oriental, Li Xi, avanzó en un comunicado que las maniobras -bautizadas como Joint Sword – 2024A (“espada unida” en inglés)- consistirán también en «ataques conjuntos y control de áreas clave».
La acción militar de China tiene lugar en la misma semana en que asumió la presidencia de Taiwán William Lai (Lai Ching-te), quien el jueves pidió calma a la población, movilizó a las Fuerzas Armadas de la isla y aseguró que su Gobierno protegerá con «determinación» la democracia taiwanesa.