Madrid, 7 jun (EFE).- Algo más de la mitad de la población de España, unos 25 millones de personas, experimentarán desde este lunes un alivio significativo de las restricciones del movimiento de personas y de la actividad socioeconómica, ya que entran en la tercera y última etapa del plan diseñado por el Gobierno para llegar gradualmente a la normalidad tras la epidemia de coronavirus.
Lo notarán, por ejemplo, en la posibilidad de viajar entre provincias de una misma región, como País Vasco, Galicia y Andalucía, o entre islas de un mismo archipiélago.
Era algo prohibido totalmente desde hacía casi tres meses, cuando el Ejecutivo español declaró el estado de alarma para frenar el contagio, ahora controlado prácticamente, según los datos oficiales.
El Ministerio de Sanidad divulgó este domingo el dato de un fallecido más por coronavirus (72 en la última semana), hasta 27.136 en total, y 102 nuevos contagiados en 24 horas, hasta 241.550.
Sin embargo, para poder desplazarse entre regiones habrá que esperar todavia un tiempo, al menos hasta que acabe el estado de alarma en las que así lo soliciten o en toda España, una situación que durará hasta el 21 de junio, como mucho. Y los turistas extranjeros, una fuente de ingresos muy importante, tendrán que esperar al 1 de julio para entrar.
España debe dar una respuesta «segura» a los millones de turistas que la visitarán, dijo este domingo el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, en una conferencia de prensa.
Después de una reunión telemática con los presidentes regionales, anunció que el Gobierno aprobará el 16 de junio un fondo no reembolsable de 16.000 millones de euros para las regiones (9.000 millones para sanidad), aunque la mayoría de ellas discrepan de los criterios de reparto.
MADRID Y BARCELONA, A LA ZAGA
Desde mañana estarán en esa tercera y última fase de transición 12 de las 17 regiones autónomas españolas y parte de otras dos, las menos afectadas por la COVID-19, y que comenzaron la transición antes.
En esa etapa, el Ejecutivo central cede la gestión de la transición a las autoridades regionales, excepto en el caso de los citados viajes entre regiones, no permitidos por el momento.
Sus habitantes podrán pasear o hacer deporte sin limitación de horario, podrán reunirse en grupos de hasta 20 personas o asistir a bodas y ceremonias religiosas con un aforo del 75 %. Bares y restaurantes ampliarán la clientela al 50 %, igual que comercios y museos.
Más rezagadas andan Madrid y su región y la ciudad de Barcelona y su área metropolitana, que son los motores del desarrollo económico del pais, pero también las zonas más urbanas y castigadas por la enfermedad.
Ambas pasarán ya el lunes a la fase 2, al igual que Castilla y León (centro-norte), y se mantendrán en esta misma etapa algunas provincias de Castilla-La Mancha (centro) y la Comunidad Valenciana (este).
De esta manera, los centros comerciales de todo el país podrán estar abiertos mañana, eso sí, todavía con restricciones del número de clientes. Solo en Madrid reanudarán la actividad un centenar.
No obstante, 90.000 tiendas, el 12 % del total, continuarán cerradas, pues las limitaciones de aforo o encontrarse en zonas turísticas, pero sin clientes, no hace rentable abrir, argumentó la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).
Al estar ya toda las regiones al menos en la fase 2, pueden reanudar la enseñanza presencial no universitaria en toda España, según decidan, aunque la actividad escolar ordinaria se normalizaría ya en septiembre.
Y como señal de recuperación gradual de esa normalidad, se eliminan desde mañana las limitaciones de ocupación del total de asientos de autobueses y trenes y transporte colectivo urbano y periurbano.
El Ejecutivo aprobará el martes normas para, tras el estado de alarma, asegurar la higiene pública, prevención, contención y coordinación sanitaria para controlar el coronavirus.
TURISMO SEGURO
El turismo es uno de los pilares de la economía española (12,3 % del PIB) y también de los sectores más perjudicados por la crisis sanitaria.
Hoteles, restaurantes, bares, discotecas, centros de ocio y descanso, comercios… anhelan que se permitan los desplazamientos por todo el país y la llegada de extranjeros (83,7 millones en 2019) para salvar parte de la temporada veraniega, que supone el 70 % de los ingresos anuales.
El turismo internacional volverá a España en julio, así que resulta «esencial contar con protocolos de seguridad armonizados», argumentó hoy Sánchez.
Defendió que el calendario de apertura fronteriza debe ser coordinado en el seno de la UE, según criterios epidemiológicos «comunes, claros y transparentes».
Esto debe aplicarse también a la puesta en marcha de corredores turísticos, en todo caso «bajo un paraguas europeo».
Respecto a la posibilidad de hacer test de coronavirus a los viajeros en origen o destino, Sánchez aclaró que es un debate que «debe sustanciarse primero con la Unión Europea, con las aerolíneas, con las agencias de turismo».
Por Jesús Lozano