México, 10 feb (EFE).- Más del 65 % de la población mexicana ha padecido dolor cervical alguna vez en su vida que ha derivado en dificultades en sus actividades cotidianas, por lo que es indispensable el diagnóstico y atención oportuna.
El doctor Edgar García Rojas aseguró en un comunicado que el dolor cervical es una de las primera 10 causas de consulta en el Servicio de Rehabilitación del Hospital General de México y se estima que tan solo este año 34 % de los adultos padecerá dolor cervical.
Entre los principales factores para su desarrollo están los traumatismos repetitivos por malas posturas, la debilidad, la contractura en los músculos cervicales, alteraciones en las curvaturas de columna como escoliosis o hipercifosis y lesiones específicas.
De no ser atendidas de manera adecuadas, esto puede derivar en desgarre o hernia cervical o se puede irradiar a diversas zonas del cuerpo como en la región dorsal o miembros superiores.
El docente de la Escuela de Ciencias de la Salud del Campus Villahermosa de la Universidad del Valle de México (UVM) señaló que se ha visto que la incidencia se presenta a partir de la edad laboral y con mayor frecuencia en personas mayores de 40 años y afecta en mayor medida a las mujeres.
Según García Rojas, uno de los problemas que encuentran estos especialistas es que cuando las personas llegan al médico, al no haber acudido en primera instancia a un especialista tienen una manipulación inadecuada de la zona afectada.
Además, dijo, se produce «una ingesta crónica de fármacos antinflamatorios», lo cual entorpece la evolución y el tratamiento fisioterapéutico se vuelve más complejo «pues se deben atender las zonas afectadas del cuello».
El tratamiento más común para este tipo de dolor consiste en fármacos, los cuales suelen tener efectos de salud secundarios significativos, y terapias moduladoras del dolor pero muchas veces no son bien toleradas.
Es por ello que, dijo, existe una necesidad de empleo de tratamientos distintos al uso de medicamentos o intervenciones invasivas.
El doctor Miguel Clemente Candelero, especialista en fisioterapia, detalló que para determinar el grado de avance de la enfermedad es necesaria una valoración osteomuscular.
A partir de ello se puede observar la disminución de la función o aumento del dolor con maniobras sencillas.
Destacó que es indispensable la intervención temprana del fisioterapeuta para llevar a cabo el tratamiento preciso y los ejercicios posturales, con lo que el paciente puede lograr un adecuado incremento del tono muscular y el tiempo de recuperación se acorta.
Aunque depende de la gravedad de la lesión, esta puede ser tratada mediante diversos medios como la educación y el ejercicio postural y electroterapia de baja frecuencia.