Madrid, 9 mar (EFE).- Meghan Markle ha hecho su salida de la familia real británica con un vestido midi, entallado, corte a la cintura y capa lateral, un ornamento que creaba en su estilismo un efecto de superheroína.
Los duques de Sussex, Enrique y Meghan, se ha reunido en la abadía de Westminster en Londres con el resto de la Familia Real inglesa para asistir a la misa con motivos del día de la Commonwealth -la Mancomunidad Británica de Naciones, excolonias-, una ceremonia que se ha convertido en el último acto oficial como miembros de la realeza.
Este servicio religioso se repite con los mismos ritos cada segundo lunes de marzo, pero este año ha pasado a la historia como el acto que ha servido de despedida a los duques de Sussex de la Familia Real.
A solo tres semanas de que se independicen económicamente y abandonen de manera definitiva la casa real británica, el matrimonio ha participado en el servicio religioso con la presencia de la reina Isabel II, el príncipe Carlos y su esposa Camila Parker Bowles y los duques de Cambridge con quienes los duques de Sussex no coincidían en un acto oficial desde el pasado noviembre.
Meghan Markle ha decidido hacer su salida de la familia real británica, llamada por los medios británicos como el «Megxit», con un estilismo de alto impacto compuesto por un vestido midi, entallado y corte a la cintura.
Un modelo verde esmeralda de manga larga con estratégicos cortes en vertical que estilizan la figura y una original capa asimétrica que arrancaba del cuello «perkins», diseñado por Emilia Wickstead.
Como dice el protocolo inglés, esta creación se ha conjuntado con un tocado lateral, un casquete con velo verde rematado con una lazada diseño de William Chambers, y zapatos nude de Aquazzura y bolso de mano a modo de bombonera de Gabriela Hearst.
Pero lo más llamativo ha sido la capa lateral, un ornamento que creaba un efecto al más puro estilo de superheroína.
La duquesa de Sussex también lució capa para asistir junto a su marido, el príncipe Enrique, al Festival de Música de Mountbatte que se celebró en el Royal Albert Hall.
En esta ocasión, Meghan se decantó por un espectacular vestido rojo con capa con el que no pasó desapercibida, al contrario fue el centro de todas las miradas, más cuando este modelo firmado por Safiyya, coincidía cromáticamente con el uniforme de Capitán General de los Royal Marines
Tras el «Megxit», para su regreso a Londres, la duquesa de Sussex, consciente de la gran atención mediática que suscitaba, decidió olvidarse de los tonos neutros que solía vestir y meter en la maleta vestidos con colores potentes y llamativos que expresaran su fortaleza y su estado de ánimo: optimista, alegre y positivo.
Con esa idea, casi dos meses después de que se les viera en la Casa de Cánada en Londres, la pareja reapareció muy sonriente y cómplice en la City de Londres, en el palacete de Mansion House.
Sonrientes y cómplices bajo un mismo paraguas que les protegía de una lluvia que con el efecto de las luces y flashes parecían estrellas, los duques de Sussex llegaban a la entrega de premios Endeavour que reconocen la labor de aquellos militares veteranos heridos en acto de servicio que recurren al deporte como parte importante de su recuperación.
Si el príncipe Enrique se decantó por con traje de chaqueta azul, camisa blanca y corbata azul, Meghan Markle lo hizo por un sencillo vestido en azul eléctrico, un diseño de Victoria Beckham.
En la entrega de los premios, el duque de Sussex dijo que había sido un «orgullo» haber servidor a la reina Isabel II, su abuela, y también al país, en clara referencia a su paso por el Ejército. «Es algo que todos estamos orgullosos y no nos abandona y, una vez que sirves, siempre sirves (al país)», dijo.
La ceremonia de la Commonwealth ha sido el último compromiso oficial que han cumplido los duques de Sussex como destacados integrantes de la familia real antes de dejar definitivamente el Reino Unido el próximo día 31 para residir en Canadá y buscar la manera de ser financieramente independientes.
El príncipe Enrique, con una carrera militar de diez años, ya que sirvió en Afganistán, retendrá el rango de teniente del Ejército cuando se retire de la vida pública, pero sus puestos militares honorarios quedarán suspendidos, como parte del acuerdo de salida.
A partir del 1 de abril, los duques de Sussex ya no tendrán que realizar actos institucionales representando a la Corona británica, podrán romper lazos con la Familia Real británica y ser financieramente independientes.
Finalizado el servicio religioso en la Abadía de Westminster, en Londres, junto a la reina Isabel II, Enrique de Inglaterra y Meghan Markle regresan a Canadá para reunirse con su hijo Archie y comenzar un nuevo capítulo en su vida al margen de los Windsor.