Los Ángeles, 29 may (EFE News).- Hay pocas promesas hispanas con más futuro en Hollywood que Melissa Barrera. Es una de las estrellas de «In the Heights» y prepara una nueva «Carmen». Pero todo despegó para ella con «Vida», una serie muy latina y que, según la mexicana, la abrió los ojos sobre el alcance del entretenimiento.
«Cuando estaba más joven, yo nada más quería actuar, entretener a la gente, quería hacer papeles que me retaran personalmente. Pero no pensaba mucho en el mensaje que tuviera la historia, en ser aspiracional, en que la gente que se esté viendo en estos personajes se sienta menos sola», argumentó a Efe.
«Y ‘Vida’ fue lo que me despertó a esa parte tan importante del entretenimiento, que no nada más es un escape sino que también educa», agregó.
Barrera (Monterrey, México, 1990) es la gran protagonista junto a Mishel Prada de «Vida», una ambiciosa y pionera serie de Tanya Saracho que este domingo cierra en Starz tres elogiadas temporadas sobre la comunidad latina y LGBT.
En un panorama televisivo todavía demasiado blanco, masculino y heterosexual, «Vida» supuso una refrescante novedad con un enfoque «latinx» a cuestiones de identidad y clase que se concretaban en problemas como la gentrificación o la homofobia.
«Definitivamente, ‘Vida’ representó un parteaguas en mi carrera», afirmó Barrera.
«Fue mi introducción al mercado anglo y de Hollywood. Y qué mejor que con un show que te enorgullezca tanto… No sucede eso siempre para los actores, que nos enamoremos tanto y que sintamos que somos parte de algo más grande», añadió.
«‘Vida’ representa a la comunidad latina, a personas, voces e historias que antes no se veían en la televisión en inglés. Eso me enorgullece mucho», indicó.
La serie acabará con una temporada breve de seis episodios pese a que Barrera admitió que le veían futuro a esta producción.
«Teníamos más vida para ‘Vida’. Pero así suceden las cosas», señaló resignada.
La serie partía de la unión forzada de dos hermanas (Lyn y Emma), con caracteres completamente opuestos, después de que su madre muriera y dejara el bar familiar a la deriva.
En el caso de Lyn, Barrera confesó que es un personaje «complicado» y que a veces resulta «frustrante» por su habilidad para encadenar errores.
Pero también resaltó su gran profundidad humana y su espiral de evolución a lo largo de la serie.
«La conocimos en un momento tan bajo de su vida… Era una mujer completamente perdida, totalmente egoísta, no pensaba en las consecuencias de sus acciones, hasta a veces sí las pensaba y no le importaban…», explicó.
Sin embargo, Lyn cambió, tomó las riendas del negocio y emprendió un camino de curación personal.
«Por primera vez, el bar está siendo económicamente sustentable y todo es gracias a ella. Y al final de la segunda temporada obtiene esa validación que necesitaba de su hermana: ‘Lo hiciste bien’. Ese era el mayor regalo», indicó.
«Pero como es un show en el que no pueden estar las cosas bien por más de diez minutos, viene el drama», bromeó acerca del regreso del padre, aparentemente muerto durante años, en estos últimos episodios.
Uno de los finos aciertos de «Vida» es la volcánica, cariñosa, enmarañada y dulce conexión que se da entre Emma y Lyn.
«Nosotras (Mishel Prada y ella) en la vida real somos muy unidas, como hermanas. Y eso ayuda mucho porque ese amor que nos tenemos en la realidad es la base de Emma y Lyn. A fin de cuentas, ellas se aman», defendió.
Con una gran diversidad latina y LGBT delante y detrás de las cámaras, Barrera defendió que otro triunfo de «Vida» es mostrar debates complejos a partir de historias personales y sin manipular al espectador.
«A mí no me gusta sentir que me quieren a fuerzas meter información cuando estoy viendo un show», dijo.
«Lo padre es que aquí no hay un lado bueno y uno malo: te expone los dos lados. No hay héroes y villanos aquí: todos son seres humanos con defectos y virtudes», añadió.
2020 estaba llamado a ser el gran año de Barrera, tanto por la despedida de «Vida» como por el esperadísimo estreno de «In the Heights».
Pero la pandemia obligó a aplazar a 2021 el lanzamiento de la adaptación de este musical de Lin-Manuel Miranda.
«Fue como un golpe para todos», apuntó.
«Por ejemplo, yo decía: ‘Esto va a ser un gran paso para mi carrera y puede que se me abran muchísimas puertas a raíz de esto’. Y se siente como: ‘Ay, tengo que esperar un poco más…'», detalló.
Pero sus planes no acaban con «In the Heights», ya que rodará una nueva versión de «Carmen» con Jamie Dornan como coprotagonista y bajo la dirección de Benjamin Millepied, bailarín y coreógrafo que es, además, marido de Natalie Portman.
«Me emociona muchísimo, es una historia que amo. Pero, obviamente, es una adaptación muy moderna ya que Benjamin tiene una visión muy específica. Creo que va a ser una película muy hermosa», aseguró.
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