Mérida (México), 20 sep (EFE).- La premio Nobel de Paz de 1992, Rigoberta Menchú, y activistas pidieron este viernes aceptar a la diversidad como un valor inherente a la humanidad, así como mantener la guardia en alto para preservar las conquistas que permiten un convivencia mundial más equilibrada y evitar volver a un pasado opresivo.
En la conferencia plenaria «Celebrando Nuestras Diferencias» en la segunda jornada de la XVII Cumbre Mundial de los Premios Nobel, los participantes dejaron en claro que si bien lo ganado en materia de respeto e igualdad es bastante, hay que luchar a diario para un mejor panorama, y sobre todo para impedir un retroceso en derechos humanos.
Por su lado, la activista estadounidense Bernice A. King negó que flagelos como el racismo hayan vuelto a la esfera mundial y a su país, pues siempre han estado ahí.
Indicó que muchos pensaron que Estados Unidos había elegido a Barack Obama (primer presidente estadounidense afroamericano, 2009-2017) y que con eso ya habíamos ingresado a una sociedad no tan racista.
«Pero como durante años antes de esa época tanta gente había sido indiferente y complaciente con lo racial, una vez que Obama fue elegido se inició el proceso de revelar cosas que estaban allí, o sea que no manifestaban en público», refirió.
«Pero cuando el presidente (Donald) Trump fue elegido (en 2016), pareciera como si todo el odio y la supremacía blanca sencillamente se dieron, cuando siempre habían estado allí, porque nunca lo habíamos enfrentado plenamente», añadió.
Por eso, expuso, «cumbres como esta, y el trabajo cotidiano de todas las personas es importante, porque no podemos bajar la guardia».
Citando a su madre, la también activista Coretta Scott King, señaló que la lucha es un proceso interminable, porque la libertad «la ganas entre una y otra generación, luchando por ella».
«Podemos pensar que llegar a la paz es eso y ya, pero llegar a la paz, a la justicia, a la igualdad en forma total es algo que tendrá que lograrse persistentemente, cada generación, porque están naciendo personas nuevas y esas personas crecen dentro de familias que les enseñan ciertos valores», ahondó.
La gente, insistió, debe ser persistente, incansable, y defender sus valores constantemente, porque siempre va a haber el mal tratando de irrumpir.
Por su lado, la premio Nobel Tum pidió a la gente que, siendo la naturaleza humana tan prodigiosa y extraordinaria, debe ser respetada, «y lo que no entiendan, respétenlo».
La riqueza del ser humano es también la diversidad, que debe ser atesorada, declaró. «Yo por eso he trabajado con todas las distintas culturas del planeta y las he respetado, con sus diversas ideologías como la diversidad sexual», recordó.
Asimismo Menchú sostuvo que la discriminación puede marcar una cruz en la vida. «Pero cuando las personas no se victimizan, entonces generamos una influencia de balance. ¿A dónde voy? Pues quiero que vivamos en equilibrio, y que nadie sea más que el otro, o menos que el otro, que nos complementemos y para eso debe haber respeto», insistió.
Presente en el encuentro, el cantante y activista español Miguel Bosé dijo que si la gente quiere cambiar las cosas en el mundo, no basta con desearlo.
«Si queremos cambiar las cosas debemos de tener una actitud determinante para cambiarlas; yo solo no puedo», exclamó ante los aplausos de unos mil asistentes al encuentro en el Centro Internacional de Congresos de esta ciudad, capital del suroriental estado mexicano de Yucatán.
La XVII Cumbre Mundial de los Premios Nobel de la Paz, que se inició el jueves, concluye este sábado con una presentación del cantante puertorriqueño Ricky Martin ante unas 25.000 personas en el Paseo de Montejo, la principal avenida de esta urbe de un millón de habitantes.