En las últimas semanas, México entero se ha cimbrado con noticias que atañen a menores de edad: suicidios, ejecuciones, secuestros, asesinatos y hasta feminicidios.
Niños y adolescentes son los más vulnerables de la violencia que baña de sangre a todo el país de frontera a frontera, tal como el caso reciente que se conoce del vecino Estado Zacatecas, donde una niña de 12 años fue secuestrada, torturada, violada y asesinada.
La sociedad, como se esperaba, salió a las calles para exigir justicia, pero hasta el momento las autoridades dicen que están investigando.
En otra Entidad del país, otra menor fue enviada a la tienda, y ya no regresó: la encontraron muerta en un arroyo.
Y no faltan los niños que han sido víctimas del fuego cruzado entre delincuentes o que están en el lugar y momento equivocados y son víctimas de la violencia.
O peor aún, se sabe de muchos menores que son víctimas de ataques directos porque ahora a los sanguinarios sicarios no les importa sexo ni edad, y abaten, seguramente como una forma de venganza, a niños o adolescentes que ninguna culpa tienen.
Apenas unas semanas atrás todo el país se estremeció porque dos menores fueron encontrados muertos y enmaletados en la Ciudad de México.
La razón oficial de este atroz crimen no se sabe, pero investigaciones extraoficiales indican que a pesar de su corta edad estaban presuntamente involucrados en actividades ilícitas, aunque ello no era motivo para que les arrancaran la vida de forma tan cruel.
Pero aquí, en Aguascalientes, no estamos exentos de estas horribles situaciones, pues el fin de semana pasado una de estas noticias pusieron en alerta a nuestra sociedad: un niño de escasos 11 años se quitó la vida. ¿Los motivos?, sólo él a su corta edad los supo, y se los guardó para siempre. Aunque este caso no es el único, ya que en el presente año han sido varios los menores que se privan de la vida por su propia mano.
Y hay más, como el suceso que nos estremeció donde chamacos de la misma edad que el suicida quemaron intencionalmente a otro menor de edad: le arrojaron alcohol y lo convirtieron en una tea humana, lo que hace posible que el niño pueda perder la existencia.
¿Qué está pasando?… Nadie lo sabe, y por lo mismo, no hay respuestas, pero lo que sí es urgente, es que nuestra sociedad haga una pausa para reflexionar, identificar y detener, a como dé lugar, los factores negativos a los que nuestros menores están siendo sometidos.
Escucharlos, comprenderlos, apapacharlos, cuidarlos y educarlos, es lo menos que podemos hacer por ellos, ya que lastimosamente lo que les estamos heredando es una espiral de violencia y tragedia… No merecen vivir así.