No hay filtros sanitarios en los mercados públicos, y si los hay, como en las tiendas departamentales, se aplican deficientemente, lo que demuestra una falta de regulación por parte de las autoridades.
A pesar de la emergencia sanitaria por el Covid-19, en los mercados se observó un flujo incontrolable de personas que no aplican la sana distancia para evitar propagar la enfermedad.
En un recorrido por una central de abasto se constató que no existe personal que se asegure de tomar la temperatura corporal y aplicar gel antibacterial, así como verificar el uso correcto del cubrebocas.
Personal de los lugares de venta de flores sí dijeron que en ocasiones hay “alguien” vigilando que exista orden.
También continúa la visita de niños y adultos mayores sin respetar la sana distancia, lo cual pone en riesgo a mucha población vulnerable, ya que sólo se ha aplicado a una parte de la población la vacuna.
Tanto clientes como comerciantes usan mal el cubrebocas, lo que hace ineficaz este artículo.
Lo que no captan las personas es que si la convivencia se ha permitido es porque la economía mexicana y el Estado no resistían más los cierres, pero en general el conteo de hospitalizados y muertos aumenta.