México, 25 abr (EFE).- Con un cierre de ciclo escolar atípico por la pandemia de COVID-19, México, al igual que países de América Latina y el mundo, busca salvar el año lectivo de unos 30 millones de estudiantes con un programa novedoso de clases a distancia que combina aprendizaje y bienestar.
El plan del Gobierno mexicano, impulsado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), contempla el regreso a clases el 1 de junio y el cierre de curso el 17 de julio.
Mientras dura el periodo de distanciamiento social, que llevó al cierre de escuelas el 20 de marzo, el programa educativo se centra en una estrategia a distancia para mantener los servicios educativos durante la emergencia.
Bajo este esquema, la SEP transmite clases por televisión abierta desde el pasado 20 de abril y de lunes a viernes el programa «Aprende en casa», que cuenta con diversos horarios para los niveles de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato.
Además ha pedido a los maestros entrar en contacto con los padres de familia para dar un seguimiento al aprendizaje de los alumnos, quienes deberán integrar una «carpeta de experiencias» con la que serán evaluados para avanzar al siguiente nivel.
«Vamos a rescatar el ciclo escolar (…) al regresar, vamos a remediar rezagos. Centraremos el eje del esfuerzo en el aprendizaje más que en la evaluación», dijo esta semana el titular de la SEP, Esteban Moctezuma, en la conferencia presidencial diaria.
Precisamente emparejar el aprendizaje de los estudiantes mexicanos, un grupo que en este país es tan diverso como desigual, es el reto del Gobierno.
POLÉMICAS CLASES POR TELEVISIÓN
Para el secretario general de la sección 9 del SNTE-CNTE en la Ciudad de México, Pedro Hernández, «aunque el titular de la SEP reconoce que en todas las casas hay un aparato (dijo que 9 de cada 10 alumnos lo tienen) eso no significa que todos los alumnos tengan acceso a los dos canales donde se transmiten las clases».
En entrevista con Efe, el representante de los maestros recordó que existen comunidades en el país en los que esos canales solo llega en sistemas de pago.
Para el dirigente magisterial, los contenidos que se ofrecen en televisión «no consideran los ritmos y formas» en la que los maestros planean y desarrollan las actividades en función del contexto y diagnóstico que ellos elaboran.
Además, las clases pelean espacio con la programación de todos los días del resto de los canales, un rival difícil de vencer.
Pero si por televisión es complicado, agregó, ni hablar de clases por internet.
COMPUTADORAS, TABLET O TELÉFONO
Sobre la educación a través de internet, la sección que representa Hernández elaboró una encuesta del 15 y el 17 de abril entre los maestros de preescolar, primaria y educación especial de la Ciudad de México que dejó ver la desigualdad tecnológica de alumnos y maestros.
Según el ejercicio, el 58,2 % de los maestros cuenta con una formación digital básica, el 15,9 % solo cuenta con su celular para accesos a plataformas digitales y el 1,7 % maneja programas de diseño y plataformas digitales.
Mientras que entre los alumnos el 25 % cuenta con una computadora en casa y ese mismo porcentaje cuenta con internet en casa o se podría conectar a una plataforma en línea, por ejemplo, mediante el teléfono de sus padres.
Recordó que no es lo mismo una conexión en una ciudad que en una zona rural, ni un niño en una familia que tiene su propia computadora a otro hogar con apenas conexión a internet.
Por ejemplo, dijo que maestros que trabajan en la región de la montaña en el estado de Guerrero, uno de los más pobres, «han contado que en esa zona no hay conexión telefónica».
Hernández consideró que «la diversidad de los estudiantes mexicanos» (de ciudad a zona rurales y de altos a bajos recursos) indica que la estrategia no puede ser única y la preocupación no debe de ser solo «la acreditación del ciclo escolar».
Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019, el 70,1 % de la población mexicana mayor de 6 años accedió a la red en 2019, un porcentaje que se elevó hasta el 76,6 % en las ciudades y no pasó del 47,7 % en las zonas rurales,
CUMPLIR CON EL CALENDARIO
Para la organización Mexicanos Primero, que trabaja para que el derecho a aprender de todos los menores de edad mexicanos se cumpla, se trata de un «ciclo escolar fuera de lo común».
El presidente de la organización, David Calderón, recordó en entrevista con Efe que cuando se anunció el cierre de las escuelas, el 20 de marzo, faltaban todavía 56 jornadas escolares (50 de ellas con clases para los alumnos y 6 administrativas).
Para compensar la jornadas que faltan, Mexicanos Primero consideró que se necesitaría «ocupar al menos todo junio y julio».
Con los ajustes anunciados esta semana el cierre de cursos pasó del 6 al 17 de julio luego de que ante la propagación de la enfermedad, la SEP decretó el 14 de marzo un asueto del 20 de marzo al 20 de abril.
Para Calderón la estrategia a distancia de la SEP «es una solución de compromiso, de emergencia», ya que «nunca se van a poder sustituir totalmente las sesiones presenciales»
«Es una forma para que no se detenga el aprendizaje», dijo Calderón.
Esa visión se separa de la de Hernández, quien recordó los maestros «ya se había trabajado la mayor parte del ciclo» con dos trimestres evaluados de tres.
Hernández explicó en el regreso a clases los maestros tendrán que «trabajar mucho la parte socioemocional de los chicos tras el confinamiento y hacer que se sientan bien porque lo principal es su bienestar».