México, 25 feb (EFE).- Aunque el Gobierno de México le dio un lugar al ajolote en los billetes de 50 pesos (2,6 dólares), en los que aparecerá desde el 2022, ha ignorado a este anfibio endémico al no tomar medidas urgentes ante su posible extinción, consideraron este martes expertos en entrevista con Efe.
La cifra de ejemplares de ajolote mexicano se ha reducido de manera alarmante, pasando de 6.000 por kilómetro cuadrado en 1998 a 36 ajolotes en 2014, explicó a Efe Luis Zambrano, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A esta especie endémica de la Ciudad de México le quedan de 10 a 15 años de vida silvestre en los humedales de Xochimilco, en el sur de la capital y reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, según un análisis de viabilidad poblacional realizado por especialistas.
Un censo más reciente será divulgado en los próximos meses, a pesar de las dificultades para obtener financiamiento por parte del Gobierno, indicó Zambrano, titular del Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología la UNAM.
«Una de las maniobras de los Gobiernos federales y locales de los últimos 20, 30 años es que creen que si no ven y no hablan del tema, el tema se soluciona solo y no es así, el ajolote sigue en peligro de extinción», manifestó.
El Foro Económico Mundial, en su Informe Global de Riesgos 2020, ejemplifica la «alarmante pérdida de biodiversidad en el mundo» con el caso del ajolote, situando a este animal como el cuarto con mayor riesgo a nivel global.
«Es curioso porque llega hasta el Foro Económico Mundial, pero las autoridades mexicanas siguen sin verlo porque ya tenemos mucha información de qué es lo que debemos hacer y para rescatar al ajolote hay que rescatar su hábitat», resaltó Zambrano.
LOS ENEMIGOS DEL DIMINUTO ANIMAL
Sus principales enemigos son la urbanización, la contaminación del ecosistema con fertilizantes y pesticidas, y la introducción de carpas y tilapias en los años 70, que son consideradas especies depredadoras del ajolote.
«Estos tres grandes problemas han hecho que empeore la calidad del agua y se reduzca la cantidad de ajolotes en el ecosistema», señaló el experto.
Para mejorar el hábitat de la especie, el Instituto de Biología de la UNAM trabaja en programas de restauración con filtros rústicos que detienen a los depredadores y los contaminantes.
«Cuando hacemos esto, todo el canal vuelve a ser como antes, es más transparente y tenemos un sistema muy parecido a lo que era antes (hace 2.000 años) en muy poco tiempo, de 2 a 3 meses», dice.
«Si Xochimilco tuviera el financiamiento necesario, todo el hábitat podría restaurarse en relativamente en poco tiempo», aseguró Zambrano.
Con 20 millones de pesos anuales (1,05 millones de dólares) se podría recuperar rápidamente el ecosistema y, al mismo tiempo, reactivar la agricultura tradicional chinampera, que abastecería de alimento a un 20 % de la población en la Ciudad de México, expuso.
Las chinampas, legado de la época prehispánica, son islotes artificiales que flotan sobre cuerpos de agua y se usan para el cultivo y la extensión territorial.
«Para las cantidades que se gasten en otras cosas, verdaderamente no es mucho, y con este programa en el mediano plazo podemos tener un Xochimilco lo suficientemente bueno para que siga siendo Patrimonio de la Humanidad y que siga siendo el hábitat del ajolote», sostuvo.
El humedal de Xochimilco es una de las zonas de mayor riqueza biológica del país, donde el ajolote está perdiendo la batalla, dijo a Efe Hesiquio Benítez, director general de Cooperación Internacional e Implementación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
El Ambystoma mexicanum es único por sus características regenerativas lo que lo ha situado como especie prioritaria para estudios de ADN en todo el mundo, explicó.
«A tal grado de que desgraciadamente ahorita hay más ajolotes mexicanos en Europa que en México», indicó.
Y lamentó: «Es ridículo que haya miles y miles de ajolotes en laboratorios y nosotros como población no lo conservamos en su hábitat».
El biólogo detalló que desde hace años se trabaja en programas con los Gobiernos locales para que se dejen de otorgar permisos para edificaciones y se regulen las fuentes de contaminación del agua.
«Hay muchas construcciones ilegales y desagües que son ilegales, que tienen mucho tiempo contaminando. Además de que es una zona muy importante de hortalizas que se venden como orgánicas y que estamos consumiendo (a pesar de la calidad del agua)», señaló.
Con una mejor coordinación entre autoridades y ciudadanía es posible recuperar el humedal, que anualmente se hunde unos 30 centímetros a causa de los asentamientos urbanos, pero para lograrlo se requiere voluntad, coincidieron los expertos.
La relación de los aztecas con el ajolote era muy íntima: era alimento, se aprovechaban sus propiedades curativas y se reconocía su importancia en la naturaleza.
En la mitología náhuatl, el ajolote o «axolotl» es la advocación acuática de Xólotl, dios del ocaso y de los espíritus, hermano mellizo de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada.
Pero sin medidas urgentes por parte del Gobierno, esta especie icónica puede quedar solo como un recuerdo en los nuevos billetes de 50 pesos que el Banco de México pondrá en circulación en 2022.