Por Erick Cortés.- Cuatro días antes de que iniciara el verano, una perturbación anómala en el Golfo de México llamó la atención de las autoridades. Se trataba de la depresión tropical ‘Uno’, que días después sería bautizada como la tormenta ‘Alberto’, un ciclón que marcaría el fin de la prolongada sequía que había sufrido gran parte de México y que se había agravado en los últimos tres años.
Dos semanas después, dos nuevas tormentas encendieron las alertas en el sureste mexicano: un nuevo sistema nacido en el Golfo, conocido como la tormenta tropical ‘Chris’ y el poderoso ciclón Beryl, que se acerca a las costas mexicanas con vientos que superan los 270 kilómetros por hora.
Desde principios de junio, las autoridades advirtieron la inminente llegada de una intensa temporada de huracanes, causada por la presencia del fenómeno de La Niña y las altas temperaturas.
“La Niña tiene un impacto en el incremento de la actividad tropical, pero también las aguas superficiales del Atlántico están por encima de sus valores promedio, no sólo en el Caribe y Golfo de México, sino también en la parte central del Atlántico”, explica el meteorólogo Ángel Aldair Felipe Hernández.
El Niño y La Niña son dos fenómenos climáticos opuestos que afectan la temperatura del mar. Mientras que El Niño provoca un calentamiento del Océano Pacífico, La Niña provoca su enfriamiento, pero potencia la actividad ciclónica en el Atlántico, lo que aumenta la posibilidad de que se presenten eventos meteorológicos extremos como inundaciones y tormentas severas.
“No era algo inesperado para los meteorólogos, puesto que varios modelos de pronóstico indican desde principios del 2024 que la actividad ciclónica podría concentrarse sobre el mar caribe y el golfo de México desde principios de junio y hasta finales de noviembre”, asegura Ángel.
El Servicio Meteorológico Nacional y el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos, han pronosticado la aparición de 23 tormentas entre junio y noviembre, de las cuales once podrían convertirse en huracanes de gran intensidad, lo que no sólo pone en riesgo a la población costeña, sino a dos terceras partes del país que sufrirán intensas precipitaciones.
“Es muy probable que los impactos se concentren en la península de Yucatán y los estados que están en el Golfo de México, ellos serían los más afectados por el impacto directo, pero la lluvia podría afectar a estados que no se encuentran de cara al mar”.
Las autoridades han pedido a los habitantes del litoral del Golfo de México que se mantengan atentos a los avisos y alertas de Protección Civil y seguir las indicaciones de evacuación cuando sea necesario. Al resto del país, piden estar preparados para el incremento de las lluvias y precipitaciones que podrían no tener precedentes en algunas regiones.