México, 6 jun (EFE).- México está haciendo «un gran esfuerzo» en la frontera sur para controlar el flujo de migrantes, en especial los procedentes de Centroamérica, dijo este jueves la secretaria de Gobernación (Interior), Olga Sánchez Cordero.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, exigió en días recientes un mayor control de migrantes centroamericanos por parte de México a cambio de no imponer medidas arancelarias a todos los productos del país.
«El problema (la migración) está ahí, latente, cuando veo las cifras del Gobierno estadounidense veo también que nosotros hemos hecho un gran esfuerzo en la frontera sur para ordenar esta migración y regularla», dijo Sánchez Cordero a medios.
Según cifras de autoridades estadounidenses, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza detuvo en mayo a alrededor de 144.000 migrantes en su frontera con México.
«Me sorprende el número de más de 100.000 personas que solamente en un mes irrumpieron, de forma irregular, en Estados Unidos. Es una cantidad enorme de migración», apuntó tras anunciar la reinstalación del Sistema Nacional contra la Violencia de Género.
Sobre la entrada de una nueva caravana de migrantes de Centroamérica este miércoles, que fue detenida por autoridades mexicanas en el municipio de Metapa, estado de Chiapas, Sánchez Cordero la calificó de «coincidencia» por el momento que viven la relación entre ambos países
«Me parece muy curioso, por decir lo menos, que estando el canciller (Marcelo) Ebrard en este momento en una conversación bilateral con las autoridades norteamericanas, el vicepresidente Pence y el secretario de Estado, Pompeo, curiosamente llegó e irrumpió otra nueva caravana en nuestro país, de verdad que es una coincidencia», expuso.
Ante este tipo de irrupciones en la frontera sur de México, Sánchez Cordero dijo que México quiere «que la gente entre ordenada, no irrumpa en nuestro país, tenemos nuestra soberanía, tenemos nuestras leyes, yo creo que nadie puede violentar nuestra ley, nuestra soberanía.
Desde mediados de octubre, miles de migrantes, la mayoría centroamericanos, cruzan México en caravana en un éxodo sin precedentes que ha desatado fuertes choques diplomáticos.
El último de ellos fue la decisión de imponer aranceles a partir del 10 de junio por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a todos los productos mexicanos y como castigo por no parar la migración.
Pese a los intentos para reforzar la seguridad por parte de México, este mismo miércoles el flujo de migrantes continúa en la frontera entre México y Guatemala, tal y como constató Efe.
A finales de diciembre de 2018, el Gobierno mexicano cedió a las presiones de Trump y aceptó que los migrantes, una vez hecha la petición de asilo a Estados Unidos, regresaran a México para esperar ahí respuesta, incrementando la presión ya existente en la frontera.
La mayoría de los migrantes que atraviesan México con destino a EE.UU. huyen de las condiciones de violencia y falta de oportunidades económicas de El Salvador, Honduras y Guatemala.