México, 4 sep (EFE).- Un grupo de 172 migrantes, entre ellos 72 menores de edad, fue interceptado por las autoridades mexicanas en el camión en el que iban hacinados y con signos de deshidratación, informó la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
El camión de carga fue detenido en un punto de revisión migratorio de la SSPC establecido en el kilómetro 43,8 de la carretera de Villahermosa (Tabasco) a Coatzacoalcos (Veracruz), señaló la institución en un comunicado.
Las autoridades mexicanas revisaron el camión de carga con un equipo de rayos X que permitió detectar la presencia de personas en el área destinada a la carga. Los migrantes viajaban hacinados, precisó la institución.
Durante la revisión se detectó a 141 personas originarias de Honduras, a 8 de Guatemala, a 22 de El Salvador y a uno de Cuba. En el grupo había 72 menores de edad.
Los migrantes expresaron a las autoridades mexicanas que llevaban varios días sin tomar agua ni alimentos, por lo que se procedió a ofrecerles atención, explicaron las autoridades mexicanas.
Al conductor del camión de carga se le envió a disposición del Ministerio Público en Cárdenas (Tabasco) como presunto responsable de un hecho delictivo que no fue precisado por la SSPC.
Los migrantes fueron llevados a instalaciones del Instituto Nacional de Migración para ofrecerles atención consular, confirmar su nacionalidad y otorgarles un retorno asistido a su país de origen.
A estos 172 migrantes retenidos este día, se deben sumar otros 142 migrantes que fueron descubiertos este 3 de septiebre cuando viajaban en un autobús por el estado de Tabasco, gracias a una denuncia anónima.
En este autobús viajaban 142 personas -99 adultos y 43 menores- de nacionalidades hondureña, salvadoreña, guatemalteca, cubana, dominicana y nicaragüense, que no pudieron acreditar su estancia legal en el país.
Desde finales de 2018, miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos, empezaron a llegar a México buscando cruzar hasta Estados Unidos.
Sin embargo, a inicios de junio, ambos países llegaron a un acuerdo migratorio que evitó que Estados Unidos impusiera aranceles a todos los productos provenientes de México.
A raíz de ello, México envió a las fronteras norte y sur a la Guardia Nacional -un nuevo cuerpo de seguridad impulsado por el Ejecutivo- y se contrató a más personal migratorio.