Imagine la escena: un sábado una familia desplazándose en su vehículo por avenida de la Convención, a la altura de la Colonia del Trabajo, de repente un balazo vino a romper la tranquilidad.
Parece una escena sacada de una película de acción o, peor aún, de muchas historias que en los últimos tiempos se viven en el México violento que cada vez tiene en sus páginas historias de sangre.
Pero ocurrió aquí, en Aguascalientes, el sábado a las 7 de la tarde, en el lugar ya descrito: unos jóvenes padres de familia se dirigían a comprar un helado acompañados de sus tres hijos y dos amiguitos, pero pronto se arrepintieron al oír un fuerte ruido y un destello que los obligó a detener la marcha, no sabían qué era, de momento pensaron que era un cohete, pero no era así, su vehículo presenta un balazo en el techo.
No les dio tiempo de pensar, subieron al carro y de plano huyeron, no sabían de qué o por qué, pero huyeron lo más pronto que pudieron.
Después de la tempestad llegó la calma y recapitulando piensan que estuvieron a nada de la tragedia: si ese balazo perdido hubiera impactado al señor, a la señora, o a cualquiera de los cinco niños, otra historia sería.
Y sintieron miedo, mucho miedo.
Y ese es exactamente el sentimiento que padecen día tras día los mexicanos, pues la violencia está desatada en prácticamente todo el país y Aguascalientes, por supuesto, no es la excepción.
Antes se sentía el consuelo de pensar que a quienes asesinaban eran porque de alguna manera estarían involucrados en alguna actividad que los hacía vulnerables, pero cuando ni vela tienen en el entierro, como esta familia hidrocálida, el sentimiento que invade es el de no saber si regresarán a casa sanos y salvos.
Cualquiera puede ser víctima de la espantosa violencia que no se ha podido o querido contener, regresamos nuevamente al mensaje “tranquilizador” del Presidente de México: abrazos, no balazos. Pero no, ya se ve que esa no es la solución y para muestra un botón: nuestro país, según datos oficiales, ha registrado los años más violentos de su historia en los primeros dos años del actual sexenio, además se han reportado casi 3 mil homicidios sólo en mayo, el mes más violento en lo que va del año.
El sábado fue en esta ciudad, pero a pocos kilómetros, en Zacatecas, en una fiesta familiar 8 personas perdieron la vida cuando un comando irrumpió y cometió una matanza.
Por lo pronto esta familia de Aguascalientes de ahora en adelante vivirá con miedo. ¿Denuncia? no saben contra quién; ¿motivos? los desconocen; lo único que sí saben es que una bala perdida vino a cambiar su vida para siempre y ellos lo pueden contar, pero cuántos más ya no tuvieron la oportunidad de hacerlo.