Ayer se celebró el Día de la Independencia de Estados Unidos, y lo que debió ser un día festivo se vio empañado por un par de tiroteos que dejó una estela de muerte y miedo, mucho miedo.
Los detalles ya se saben, un jovenzuelo en Chicago disparó a todo lo que se movía durante un desfile, cuando familias enteras disfrutaban el espectáculo que terminó con un baño de sangre.
Horas más tarde, en Filadelfia, otro loco sujeto decidió terminar los festejos y disparó hiriendo a dos agentes del orden.
En el primer incidente, en el de Chicago, uno de los que fallecieron era mexicano, y también hay otros dos heridos, lo que puso en alerta a las autoridades de nuestro país, pues tendrá que operar su red consular para dar asistencia a los familiares.
Lamentablemente desde hace dos meses que ocurrió un tiroteo en una primaria de Texas, donde fallecieron 19 niños y dos maestras, no han dejado de presentarse este tipo de incidentes, y aunque se supone que lo hacen por imitación, los asesinos tienen clara su motivación, y casi siempre es la misma: racismo.
Y aquí la cosa cambia, Estados Unidos es un mosaico porque su principal población es multicultural, es tierra de migrantes porque ahí se concentra el mayor número de nacionalidades, ya que personas de todo el mundo siguen viendo a ese país como la tierra prometida, algo que definitivamente ya no lo es. Los porqué son muchos, pero pocas las respuestas.
Varios nativos tienen ideas racistas, clasistas, abonadas por una realidad distorsionada por las redes sociales, que malas no son, pero como no tienen filtros, todo lo que se ve, se oye o se lee se puede malinterpretar, y es ahí donde estalla la violencia, no hay otra explicación a tanto odio a gente que ni conocen, y uno tras otro se sienten con derecho a acabar con sus vidas de la manera más atroz, con brutal ferocidad y traición.
El mismo Presidente de esta nación aseguró sentirse conmocionado ante el nuevo tiroteo masivo ‘sin sentido’, declaración que dio antes de que se conociera el nuevo ataque armado.
¿Y las leyes? Bien, gracias, porque en ese país, como en el nuestro, están hechas para beneficio de unos cuantos, porque por más pérdida de vidas de inocentes que haya nadie ha podido legislar para evitar esto que ocurre un día sí y el otro también.
Pero ¿sabe qué es lo peor?, que seguirán pasando este tipo de lamentables hechos, porque esa nación, la del sueño americano, continuará siendo una pesadilla para sus habitantes, pero también para los que llegan desde lejos, es un país que está manchado de sangre por culpa de hombres y mujeres desequilibrados que no merecen existir y que en su afán de superioridad dejan atrás miedo, mucho miedo.