Ciudad Juárez (México), 23 oct (EFE).- Poco a poco algunos de los cubanos varados en Juárez, ciudad fronteriza de México con El Paso (EE.UU.), se integran a la vida social y económica del país, que desde hace un año vive un arribo constante de migrantes.
La demora en los procesos de asilo político y el desinterés por parte de la oficina de migración en los Estados Unidos por agilizar los trámites ha hecho que las personas originarias de Cuba se hayan decidido por comenzar una nueva vida en la frontera norte de México, lugar donde sienten que tienen grandes posibilidades de salir adelante.
«Cruzamos por Reynosa (nororiental estado mexicano de Tamaulipas) y nos sacaron por acá, por El Paso (Texas). Y ya estamos aquí en Juárez, nunca habíamos conocido Juárez y ya estamos aquí y nos han atendido como si fuéramos de México», dijo este miércoles en entrevista con Efe el cubano Agustín Duvergel.
Mientras que su paisano José Luis Cruzalta contó que su objetivo «era cruzar a Estados Unidos pero bueno, no se pudo y no se puede. Tengo corte ahora pero yo hoy decidí quedarme aquí, yo me quedo aquí en Juárez».
Cruzalta arribó a la frontera con la intención de emigrar a Texas pero luego de convivir con los mexicanos y probar la vida de Ciudad Juárez por varios meses ha decidido declinar por su solicitud de visa humanitaria y comenzar el «sueño mexicano».
«No hay que ir para allá (EE.UU.), aquí se vive igual o mejor que de aquel lado, menos sacrificio, sin meterte en problemas, aquí no hay problemas de ningún tipo, aquí se pueden quedar aquí, hay trabajo suficiente para todo el mundo, nada más es disposición y ganas de trabajar, con eso nada más», contó.
Los cubanos se han instalado en esta ciudad luego de que el Gobierno mexicano ha dado facilidades para residir y laborar en la frontera a visitantes o refugiados que por razones humanitarias estén aguardando en el territorio nacional mientras se resuelve su situación legal.
En opinión de Duvergel ellos están plenamente adaptados a Juárez, ciudad que aseguran está abierta a dar trabajo a todo el mundo.
«A todos los cubanos nos ha dado trabajo y todos estamos trabajando. El que no trabaja en una maquila trabaja en una zapatería, en cualquier parte, pero nos sentimos bien acá», dijo Duvergel.
Lejos de buscar un puesto de trabajo en una empresa como otros de sus compatriotas, José Luis y Agustín, quienes se conocieron en su travesía por intentar llegar a los Estados Unidos, decidieron montar un pequeño negocio de comida tradicional de su país.
El negocio, al cual nombraron «El Escándalo» por su peculiar manera de atender y atraer a la gente, ofrece frituras de maíz y tamales estilo cubano.
Para hacerse de clientes, los cubanos ofrecen gratis la primera prueba, lo que les ha generado una buena cantidad de ventas.
«Nunca había probado la fritura de maíz, de hecho traía la tentación porque publicaron en Facebook y con lo que me encantan a mí los tamales y me llamó mucho la atención la fritura, aquí estoy». contó a Efe Graciela Meza, clienta de «El Escándalo».
Tanto las frituras de maíz como los tamales cubanos son comidas que no se habían visto en Ciudad Juárez y que gracias a las redes sociales les han creado una gran fama para poder solventar sus gastos diarios, alquilar un lugar donde vivir y los ha motivado a seguir adelante.
Cruzalta contó que sus clientes y otras personas les han sugerido que monten un restaurante con comida cubana. «Eso queremos, ya tenemos un local medio visto por ahí, pero vamos a ver si un poco más adelante lo ponemos», indicó.
La adaptación de los cubanos a esta zona del estado de Chihuahua, noreste de México, llegó de la mano del éxito de su negocio al que no solo llegan comensales originarios de Juárez, sino también personas de países centroamericanos que están esperando una respuesta para sus solicitudes de ingreso a Estados Unidos.
Por el momento para este grupo de migrantes cubanos permanecer en México es su prioridad ya que han decidido que es el tiempo ideal para comenzar una nueva vida formalizando relaciones y creando una familia en el lugar que los ha acogido prácticamente como sus ciudadanos.
«Me quiero casar aquí, arreglar mis papeles y con mi pareja ir a Cuba, ir y venir. Pero vivir aquí, yo ya soy de Juárez», dice un eufórico Cruzalta.
Desde octubre de 2018 se registró un fuerte aumento del flujo de migrantes, en su mayoría centroamericanos, que llegan a México desde Guatemala con el objetivo de llegar a Estados Unidos.