Zirándaro (México), 6 dic (EFE).- Alrededor de unos mil habitantes de Zirándaro, en la región de Tierra Caliente del sureño estado mexicano de Guerrero, marcharon este viernes por la paz encabezados por su alcalde tras la ola de violencia que vive el pueblo desde noviembre por la disputa de hasta 6 bandas criminales.
Tras la marcha, en un mitin político, el alcalde Gregorio Portillo Mendoza aseguró que el gobierno local no es parte de la guerra ni de los intereses del crimen organizado, pues no sirve a ningún grupo.
«Nos han quitado todo, incluso el miedo, solo queremos paz, solo queremos vivir en nuestro municipio y llevar a cabo nuestras actividades», expresó ante los presentes.
En la marcha participaron más de mil personas de distintos ámbitos de la sociedad así como personas desplazadas desde los poblados y que se han trasladado a la cabecera municipal.
Iban vestidos de blanco y transportaban globos y palomas en señal de paz.
En el mitin, los habitantes denunciaron que han tenido afectaciones por el repunte de la violencia en el sector educativo, de salud y ganadero, en donde la caída de la producción ha sido estrepitosa.
La supervisora de preescolar de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), María Concepción Lugardo, aseguró que son testigos del temor y la angustia que se han vivido en las escuelas de la zona, viéndose obligados a cerrar varias jornadas las escuelas.
«Queremos vivir en paz, por eso estamos aquí», dijo.
El presidente municipal dijo que los grupos de la delincuencia organizada han afectado especialmente al sector ganadero, uno de los principales motores económicos de ese municipio.
Lo anterior fue confirmado por el presidente de la Asociación Ganadera de Zirándaro, René Duarte, quien expresó que para que un pueblo produzca debe tener paz.
En el mitin, el presidente municipal llamó a los pobladores a no dejarlo solo y a regresar a sus comunidades a pesar del riesgo y la adversidad.
Dijo que no tiene sentido que él vaya a exigir seguridad y los pobladores huyan y lo dejen solo, por lo que insistió en que deben regresar a sus comunidades.
«A los grupos (criminales) que se disputan el territorio: no trabajamos para nadie, no beneficiamos a nadie, el interés es que el municipio sea próspero como en los noventa cuando facturaba hasta 20.000 cabezas de ganado, cuando podían los jóvenes divertirse en la noche, llevar serenata, estamos viviendo un terror y les decimos no somos parte de su guerra», expresó.
El presidente municipal reveló que cuando tenía 14 años vivió una situación de violencia similar en una comunidad de ese municipio en donde murió su padre, por lo que tuvo que emigrar, y se comprometió a luchar para que la situación no se repita.
«He puesto en la mesa mi integridad y mi vida para que esos niños, esos jóvenes, no vivan más ese infierno que están viviendo. A las autoridades les hace falta vivir lo que vive un desplazado», expresó.
De acuerdo con lo informado por el alcalde, en los últimos quince años han emigrado de Zirándaro y comunidades aledañas unos 10.000 habitantes a consecuencia de la violencia y pobreza.
El alcalde detalló también que arriba del 50 % de la población han abandonado las comunidades más grandes pertenecientes al municipio de Zirándaro como Alita, Ziriquicho, Aratichanguio, Guayameo, San Rafael, La Calera y La Parota, entre otros poblados.
En la crisis actual de violencia, que inició el pasado 10 de noviembre con enfrentamientos en la zona serrana, hay desplazados en 40 comunidades y al menos 1.000 personas que viven de manera temporal en la cabecera municipal.
De acuerdo con lo informado por las autoridades locales, el gobierno federal ha destinado tan solo un centenar de efectivos de distintas corporaciones, que resultan insuficientes para atender a los 421 comunidades que conforman ese municipio.
«Es incalculable el número de población desplazada. No tenemos acceso a todas las comunidades como autoridad municipal, pero el último conteo que tenemos es de 1.500 desplazados», concluyó.
Además de los miles de desplazados por la ola de violencia en la región, hace unas semanas se dio a conocer que se habían configurado grupos de autodefensa.
Guerrero es uno de los estados más peligrosos y pobres de México.
Entre los grupos que se disputan el control de Zirándaro estarían La Familia Michoacana, el Cartel de Jalisco Nueva Generación, Los Viagras, Los Cornudos, los Caballeros Templarios y Los Viejos.