erusalén, 22 sep (EFE).- «La semana pasada fue la más difícil en la historia de Hizbulá», sentenció este domingo el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, durante su evaluación de la situación en el norte junto al Comando Norte del Ejército y junto al mayor general, Ori Gordin.
«Continuaremos utilizando todos los medios a nuestra disposición para lograr nuestro objetivo: garantizar el regreso seguro de las comunidades del norte de Israel a sus hogares», advirtió en declaraciones al finalizar la reunión.
Gallant se pronunció así tras una jornada marcada por los ataques de Hizbulá con 150 proyectiles contra territorio israelí la mayoría de los cuales fueron interceptados, pero algunos lograron impactar por primera vez en meses en el distrito de Haifa, a 50 kilómetros de la frontera, dejando heridos y daños.
El titular de Defensa no mencionó las explosiones de los miles de dispositivos de comunicación en manos de Hizbulá que dejaron una treintena de muertos y más de 3.000 heridos, pero sí saco pechó del bombardeo israelí del pasado viernes contra un edificio residencial en un suburbio de Beirut que dejó al menos 45 personas muertas.
«La acción adoptada por el Ejército en Dahye (nombre del suburbio) es significativa, importante y poderosa», agregó en referencia a las muertes del comandante Ibrahim Aqil y de Ahmed Wahbi, dirigente del cuerpo de élite las Fuerzas Radwan, según confirmó la formación libanesa en este ataque israelí.
La situación en la frontera entre Israel y Líbano vive su momento más crítico desde el estallido de la guerra en Gaza, cuando comenzó el intercambio de fuego cruzado entre ambas partes, y la comunidad internacional teme una guerra regional en vista de que cada vez hay menos espacio para la vía diplomática.