Como el discurso de las autoridades federales sobre el avance de la pandemia ya quedó sumergido en sus propias contradicciones, mientras que aquí ya se ha optado por hablar de otros asuntos, como para imponer esa mentada ‘nueva realidad’ a fuerza de desterrar del relato público que estamos en una etapa de crecimiento de contagios y muertes, 72 hasta ayer, hay que acudir a las fuentes como la OMS para entender las circunstancias en que un contagio puede darse, para que cada cual, si es que tiene su salud y la de los suyos en consideración, se proteja de la mejor manera.
Hablando de la OMS menuda confusión causó su declaratoria de que sería inusual que los contagiados asintomáticos pudieran transmitir el Covid-19, pues fue en base a la presunción de que estos si eran agentes de contagio que se aplicaron, de manera dispar, todas las medidas de distanciamiento social en el mundo, lo que obligó a la organización a aclarar los supuestos en que sí un contagiado sin síntomas puede transmitir el coronavirus, pues fue así que este bicho se multiplicó y enfermó ya a más de siete millones de personas en el planeta.
Estos modelos de contagio hablan siempre de lugares confinados, lugares de reunión que propician el hacinamiento, salones de fiesta, salas de cine, bares y gimnasios, señalando que hablar fuerte o jadear son factores de que un asintomático expulse el microorganismo alojado en su garganta y alcance a otros, lo que hace poco recomendable concentrarse en estadios de futbol con público, conciertos, recintos estrechos como nuestras cantinas y señaladamente los gimnasios.
Por lo demás, ahora que ni siquiera los voceros del no pasa nada mantienen las falsedades de la curva aplanada y la pandemia domada, la OMS advirtió a nuestro país de que se encuentra, y ahí están los números, hasta los oficiales de dudosa veracidad, que estamos en el momento más peligroso, recomendando sobre todo un esfuerzo para reducir la alta movilidad de los ciudadanos en los núcleos urbanos.
En lo que a nosotros respecta, los informes permiten afirmar que si las cosas andan mal en México, aquí están peor, pues al margen de la acción o inacción oficial, la colectividad en su mayoría decidió hacer saltar por los aires cualquier intento serio de prevención, con un importante aumento de movilidad, lo que ya causó la alarma de algunos que temen que el avance de la pandemia sea factor de un nuevo parón económico.
Y es que aquí, mientras en otros Estados se determinó extender las medidas de sana distancia, ya se abrieron cines, gimnasios y bares, cuando seguimos siendo el tercer Estado con más casos activos, y no en números relativos, lo que podría confirmar los temores de que nos veamos obligados a levantar la guardia de nuevo y que en nosotros se aplique la predicción de la OMS de que las medidas tendrían que mantenerse vigentes de 18 a 24 meses, para los que suponen que esto es un asunto para infundir temor.