Por Erick Cortés.- La madrugada de este jueves Pakistán lanzó una serie de ataques aéreos contra objetivos identificados como “escondrijos de terroristas” en las provincias de Sistán y Maluchistán, en Pakistán. La operación se dio dos días después del ataque de Irán en suelo paquistaní.
Según informó el gobernador provincial de seguridad, Ali Reza Marhamati, el ataque causó la muerte de tres mujeres, dos hombres y cuatro niños, aunque ninguno de ellos era de nacionalidad iraní.
Tras el ataque, el Ministerio de Exteriores de Pakistán reiteró el respeto que el país tiene por la soberanía de Irán, pero criticó la presencia de terroristas en el territorio y la falta de acción del gobierno para combatirlos, situación que calificó como una amenaza para los pakistaníes.
En respuesta, el Ministerio de Exteriores iraní exigió una “explicación inmediata” por el ataque, mientras las Fuerzas Aéreas y la Marina iniciaron una serie de ejercicios militares cerca de la frontera, provocando que Pakistán mantenga un estado de alerta máxima bajo la advertencia de que cualquier “acción aventurada” de Irán será respondida “con la fuerza”.
Irán y Pakistan han mantenido relaciones diplomáticas amistosas en los últimos años, teniendo incluso operaciones militares conjuntas contra grupos terroristas, pero las diferencias ideológicas entre organizaciones rebeldes han complicado la relación entre ambos gobiernos.
La escalada de violencia en la frontera de Baluchistán es sólo uno de los efectos colaterales del ataque que dejó casi 90 muertos durante la ceremonia que conmemoraba el cuarto aniversario luctuoso del comandante Qasem Soeimani, en un atentado del Estado Islámico, cuyos autores podrían provenir de un grupo yihadista afgano, por lo que Irán ha respondido bombardeando a estos grupos en Siria, Irak y Pakistán.