2,016 es una cifra que tal vez no le diga nada, pero la perspectiva cambia totalmente al saber que es el número de víctimas del terrible y temible Covid-19.
Ese espeluznante número, a menos de un año de haberse declarado la pandemia en territorio nacional, es motivo de pena y preocupación para toda la sociedad; para las autoridades porque evidentemente no se han podido hacer los mejores esfuerzos para contener esta enfermedad, y para la ciudadanía, que sigue sin entender la gravedad de la situación.
Y decimos que sigue sin entender, porque muchísima gente todavía anda por las calles desafiando el contagio y no usan cubrebocas, no guardan sana distancia, no utilizan gel, vamos, ni el lavado de manos se hace correctamente. Así nomás no vamos a poder.
Aunque el mismo Presidente de la República en sus apariciones mañaneras afirma que vamos saliendo de la pandemia y que ésta está controlada, hay otros datos donde los números dicen todo lo contrario. Por supuesto que no está bajo control cuando hospitales de todo el país están saturados y hay integrantes del Sector Salud pidiendo refuerzos, como en un video dado a conocer ayer en redes en el que un equipo de especialistas solicita la solidaridad de la población y le ruega, literalmente, que no salga a las calles, pues ellos ya están cansados de arduas y difíciles jornadas de trabajo, donde día a día se encuentran con la muerte.
Pero no sólo es el personal del Sector Salud, cualquiera de nosotros conocemos el caso de un familiar, un compañero de trabajo, un amigo, un vecino, un conocido, que ha sido contagiado del virus importado de China y que en no pocos casos el desenlace ha sido fatal. Pero ni así se tienen los más elementales cuidados, y en el peor de los escenarios, mucha gente, a pesar de ver la realidad día tras día, se resiste a creer en la gravedad de la situación.
Más preocupante es conocer que, por poner sólo un ejemplo, en dos de las naciones con más recursos de todo tipo han tenido que tomar drásticas decisiones, como el cierre de fronteras y el confinamiento total porque no han encontrado la forma de contener de manera efectiva la pandemia, como es el caso de Gran Bretaña e incluso de Estados Unidos, donde el principal especialista médico declaró hace sólo unos días que la enfermedad está fuera de control y que sus hospitales y morgues estaban colapsados. Si eso sucede en las naciones ricas, desarrolladas, con un buen Sistema de Salud, ¿qué podemos esperar en México, donde es conocido el desabasto de vacunas, medicamentos o incluso de personal médico que, con lo que tienen, hacen el mejor de sus esfuerzos?
Los más de dos mil muertos en territorio de Aguascalientes tienen nombre y apellido. No nos olvidemos eso, las cifras no mienten.