México, 19 sep (EFE).- Cientos de mujeres mexicanas marcharon este jueves en Ciudad de México pidiendo el fin de la violencia machista coincidiendo con el aniversario de los terremotos del 19 de septiembre de 1985 y de 2017.
La marcha, que comenzó en el céntrico Monumento a la Revolución, llevaba como nombre «Terremoto feminista» en honor a las víctimas y afectados de ambos seísmos, en los cuales la capital mexicana fue uno de los lugares que sufrieron mayor destrucción.
Además, también quisieron demostrar que «si tenemos que hacer que tiemble este planeta completo lo vamos a hacer», según explicó Enoé Uranga, portavoz de la manifestación y diputada del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien tiene una larga trayectoria como participante del movimiento feminista.
Uranga comentó que esta marcha tiene su fundamento en que para ellas es muy importante hacer ver que están «en un grado de hartazgo tal y en un grado tan grande de indignación» en el que es necesario tomar las calles.
Actualmente la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, se encuentra en mesas de negociación con portavoces de colectivos feministas y ha puesto en marcha un plan de acciones inmediatas para prevenir las agresiones contra mujeres ante la oleada de violaciones y feminicidios en la capital.
Sin embargo, para la diputada, «hay que recordar que estas mesas las organizó el propio Gobierno y decidieron con quienes iban a dialogar. (…) Las mesas no serán los espacios donde se resuelva un problema que es integral en un país en el que se viola y se descuartiza a niñas».
La marcha recorrió el emblemático Paseo de la Reforma hasta llegar al Ángel de la Independencia, donde el pasado 16 de agosto otra manifestación feminista causó destrozos.
En esta ocasión, en la que las protagonistas fueron madres de mujeres desaparecidas o asesinadas en Ciudad de México, la jornada transcurrió de manera pacífica y finalizó con la lectura de un manifiesto bajo la intensa lluvia habitual en la capital del país latinoamericano en estas épocas del año.
María del Carmen, madre de la joven Pamela Gallardo desaparecida en 2017, explicó que, para ella, «esto es un apoyo de ellas (las mujeres feministas) para seguir buscando a Pame», un caso en el que, aunque hay vías de investigación abiertas, «no se están ejecutando como debe ser».
«Les pedimos que no sigan desapareciendo nuestras hijas y que no sigan matando mujeres en Ciudad de México y en el país. (…) El problema es que tienen miedo a la delincuencia organizado y se siguen tirando pelotas entre ellos», añadió.
En un país que encabeza la lista de Latinoamérica en número de feminicidios, con 10 mujeres asesinadas cada día y dos violaciones cada hora, el movimiento feminista reclama justicia inmediata ante una evidente crisis de violencia generalizada que, según ellas, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador no ha podido atajar.
«La incapacidad, la negligencia y la corrupción han sido la línea del Gobierno mexicano, lo que ha provocado muchas muertes. Las mujeres mexicanas debemos reivindicar en esta fecha no solamente por las personas que murieron (en los terremotos), sino también por las mujeres que son asesinadas cada día», explicó Angy, manifestantes perteneciente a uno de los colectivos convocantes.
El pasado 16 de agosto hubo otra manifestación convocada en la céntrica Glorieta de Insurgentes de Ciudad de México para llamar la atención sobre los recientes casos de violaciones por parte de policías capitalinos.
Pese que en un principio la marcha fue pacífica, terminó con destrozos en una estación de transporte público y en el mobiliario urbano.
Días antes, el lunes 12 de agosto, hubo otra protesta por las mismas causas en la que también hubo destrozos, aunque más leves, en la sede de la Fiscalía capitalina, lo que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, tachó de «provocación».
Los días 10 de julio, 3 y 8 de agosto fueron reportados tres casos de violación de mujeres, una de ellas menor de edad, supuestamente por parte de agentes de policía de Ciudad de México, y a raíz de esto comenzaron las protestas en busca de respuestas y justicia.
Desde entonces, y a pesar de las diferencias manifestadas entre el Gobierno capitalino y el movimiento feminista, se están dando acercamientos entre ambos con el objetivo de poner en marcha una política integral que termine con la lacra de los feminicidios en México.