México, 3 dic (EFE).- El expresidente de Uruguay José Mujica aseguró este martes en su visita a México que el futuro de Latinoamérica pasa por unirse frente a la globalización y al poder del mercado creando una «patria común», ante lo que consideró una nueva época de «neocolonización».
«Por el pisoteo de nuestra historia, por las impotencias, por una América mendicante, cenicienta, sumisa y que no tiene coraje de darse valor a sí misma. No importa ser de derechas, izquierdas o centro, hay que ser latinoamericano», dijo Mujica en una conferencia magistral ofrecida en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores de la Ciudad de México.
El político explicó que la globalización supone un reto porque los nuevos actores dominantes no son los Estados, sino las compañías transnacionales, un escenario ante el que solo vale «cambiar el pensamiento».
Para adaptarse al nuevo paradigma, el antiguo mandatario reconoció que Latinoamérica parte con desventaja «porque consiguió su independencia cuando el mercado mundial se estaba gestando» y va con 300 años de retraso.
«El próximo siglo, o nos agarra unidos o nos agarra vencidos», alertó este referente izquierdista en un llamado para crear «un paraguas común» cuyo objetivo sea defender los intereses de toda la región.
Mujica puso como ejemplo el caso de Europa, un territorio que «con sus contradicciones, lenguas y heridas, de todas maneras, lleva un proceso de juntarse», pese a que haya algunas «zancadillas, ‘brexits’ y nacionalismos».
El uruguayo destacó también el caso de Asia, algo distinto, ya que, en ese continente los Gobiernos «no se ponen de gestores, sino de aliados» de las compañías para sacar ganancia.
«El Estado suele estar presente en todas las empresas como inversor. Reconoce la mayor eficiencia del sector privado en la capacidad de gestión, pero transfiere al sector privado la seguridad del amparo del Estado», advirtió.
El dominio del mercado se ha consolidado como «la nueva religión», sostuvo Mujica, quien subrayó que ello se ha debido a la cultura de consumo que ha generado la mercadotecnia, una «ciencia que no estaba a la vista en el tiempo de Karl Marx o Adam Smith».
«Cada vez que se abre una televisión, un periódico o una radio tenemos un bombardeo subliminal. El consumismo no es una deformación secundaria, es una cuestión esencial de este capitalismo que necesita a muerte que seamos compradores compulsivos y caigamos en la confusión que ser es tener», denunció.
José Mujica finalizó su ponencia con una reflexión sobre el odio y el fanatismo en este nuevo tiempo, un fenómeno al que «todos estamos continuamente expuestos» y contra el que «debemos luchar».
«El fanatismo es exactamente lo contrario a la libertad. Es el camino corto de la aparente eficiencia. No hay lugar a la duda, no hay lugar a la vacilación. No tiene piedad, es imperioso. Y genera odio», subrayó.
Frente a esa ola de odio, el presidente de Uruguay de 2010 a 2015 defendió «olvidarse de las ofensas, de las heridas y las mataduras», para ser felices y así «aprender a vivir en la libertad de odiar para tener la libertad de querer».