«Y teníamos incluso un escenario muy catastrófico que pudiera llegar a 60 mil.»
Hugo López-Gatell
CIUDAD DE MÉXICO.- El doctor Hugo López-Gatell afirmó primero que el pico de la pandemia tendría lugar en mayo, el 8 o 9. Después corrigió y dijo que ese pico era sólo para la Ciudad de México, pero que para el país se daría en junio. El 4 de junio, cuando los fallecimientos empezaban a acumularse, ofreció sus famosos escenarios.
En el escenario mínimo, dijo, México sufriría 6 mil muertes. Otro era de 8 mil y uno más de 12,500, «que lo presentamos en una conferencia de prensa el 27 de febrero, allá en Lieja, en la Secretaría de Salud, y teníamos así hasta 28 mil, que se redondea a los 30 mil, incluso un escenario muy catastrófico que pudiera llegar a 60 mil». El domingo pasado la Secretaría de Salud reportó un acumulado 60,480 muertes.
El doctor López-Gatell no asistió a su conferencia de prensa del sábado, quizá porque acaba de superarse el escenario muy catastrófico, pero sí estuvo el domingo en Palacio Nacional. «Hemos hecho todo lo que está en nuestra disposición y más por ponerlo en práctica al servicio de la población», señaló. Culpó del alto número de muertes a todo y a todos, menos a las políticas del Gobierno. Mencionó el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión, el sobrepeso y la diabetes; la corrupción, la desigualdad, la industria alimentaria, la industria farmacéutica y a las distribuidoras de medicamentos; cuestionó también a los Medios de Comunicación, ya que «me parece un poco desafortunado que la profundidad del análisis sea tan escasa».
López-Gatell no es el único responsable de la mortandad, por supuesto, pero es indudable que el Gobierno menospreció la gravedad de la pandemia y que no ha adoptado políticas públicas adecuadas para reducir los contagios o las muertes. Tuvimos suerte de que el coronavirus llegara a México relativamente tarde, por lo que pudimos haber tomado mejores medidas de defensa; pero la única acción real fue la autocomplacencia. El propio Presidente, que recomendaba al inicio de la pandemia a la gente que saliera y se diera besos y abrazos, declaró el 9 de junio: «México está dando un ejemplo en el mundo porque logramos aplanar esta curva y evitar que se saturaran los hospitales sin medidas coercitivas, sin el uso de la fuerza. Esto no se logró en otras partes del mundo».
En lo personal estoy de acuerdo con la decisión de no imponer un confinamiento obligatorio, pero muchas otras políticas públicas han sido insuficientes o incluso deficientes. Hasta hace muy poco, el Gobierno desaconsejaba el uso de mascarillas y se ha resistido a aplicar pruebas. Para el Gobierno lo importante ha sido mantener camas disponibles en los hospitales, pero esto se ha logrado en parte disuadiendo a los pacientes de tratarse en estas instituciones.
Lejos de ser un ejemplo para el mundo, México está siendo cuestionado. Mike Ryan, director de emergencias sanitarias de la Organización Mundial de la Salud, señala que las pocas pruebas que realiza México sugieren que hay una subrepresentación de muertes y casos. El 23 de agosto se registraban en México 9,751 pruebas por cada millón de habitantes contra 121,653 en Alemania o 115,151 en Chile (Worldometer). Esto no es producto del azar, sino de una política pública que deliberadamente limita las pruebas.
Una de las consecuencias es que tenemos un subregistro de contagios y muertes. Las 60 mil muertes son quizá una tercera parte de las reales. No es siquiera un escenario muy catastrófico, sino una tragedia humana de enorme magnitud.
Aclaraciones
El senador Manuel Velasco, ex-gobernador de Chiapas, me envía los siguientes comentarios a mi artículo de ayer: «David León Romero no fue funcionario público en mi administración. Mi gobierno no apoyó a ningún movimiento político. Estoy a favor de que las autoridades competentes hagan las investigaciones correspondientes».
Twitter: @SergioSarmiento