México, 14 mar (EFE).- La neurofobia, un fenómeno que afecta a estudiantes de medicina y a profesionales de la salud, se traduce en meses o años de diagnósticos tardíos de enfermedades neurológicas porque «no se puede diagnosticar lo que no se sabe», apunta un especialista en entrevista con Efe.
Arturo Ayala Arcipreste, neurocirujano adscrito al Hospital Juárez de México, explica que la neurofobia es el miedo a las neurociencias por parte de estudiantes y médicos, capaz de inhabilitarlos en el manejo efectivo de estos pacientes.
El cerebro y, en general el sistema nervioso, detalla, es muy complejo y requiere de un estudio meticuloso porque en cada persona puede tener funciones distintas.
«Hay poco contacto con lo que realmente es el sistema nervioso. Estamos acostumbrados a que solo es el cerebro, pero es mucho más que eso. El cerebro y el sistema nervioso están en todos los órganos del cuerpo, no hay ninguno que no tenga un nervio», comenta.
A nivel mundial, indica, se han realizado diversos estudios en universidades de medicina donde se ha hecho visible el miedo a esta ciencia por parte de los estudiantes.
UN ESTIGMA
El experto en cirugía neurológica señala que «es bien sabido» que en las escuelas de medicina existe cierto estereotipo en torno a la dificultad de la neurología y las neurociencias en general.
«En un ambiente estudiantil se genera temor por parte de los estudiantes, y si a eso le sumamos que, cuando vienen los exámenes de esas áreas, a la gran mayoría no les va muy bien, pues nace el estigma», relata.
Lo anterior, dice, se vuelve un problema cuando esos estudiantes se gradúan y, ya como especialistas, no se encargan de adquirir conocimientos en la materia, por lo que generan diagnósticos erróneos que hacen perder tiempo valioso a los pacientes.
«El tiempo perdido es crítico, ya que el sistema nervioso, a diferencia de otros tejidos, no se regenera, si se lesiona se pierde la función y normalmente dejan secuelas que llevan a una discapacidad», advierte.
TRASTORNOS PELIGROSOS
Aunque todos los trastornos neurológicos son peligrosos, como la epilepsia, el párkinson, o la esclerosis múltiple, el médico expone que los eventos cerebrovasculares, se consideran la primera entidad discapacitante y la tercera causa de muerte a nivel global.
«Al hospital llegan pacientes que tienen diagnósticos de migraña, por ejemplo, que vienen de especialistas en oftalmología por pérdida visual o con trastornos de la fuerza en las extremidades y son atendidos por otros expertos. Al final resulta que son tumores en el cerebro», asevera Ayala.
Estos tumores, añade, muchas veces se manifiestan con síntomas muy leves, como dolores de cabeza, olvidar el lugar donde se dejan cosas, confusión o pérdida de orientación.
Pero, por ser señales pequeñas, si el médico de primer contacto no sabe identificarlos son un riesgo para las personas.
«Vemos pacientes que llevan meses con dolores de cabeza y que acuden con médicos generales y les dicen que se tomen una aspirina o un analgésico. No les hacen estudios y ya llegan con nosotros con un tumor cerebral», indica.
En ese sentido, resalta la importancia de mejorar los planes de estudio en las universidades de medicina y capacitar a médicos de primer contacto y profesionales de otras especialidades en salud, pues de nada sirve tener los mejores equipos y avances en tratamientos, si los trastornos no se detectan a tiempo.
«Todos los médicos se deben capacitar continuamente, incluso los especialistas, pero los médicos de primer contacto deben tener conocimiento sólido para por lo menos tener una sospecha de un diagnostico», apunta.