Mientras que en México se sufre por conseguir la vacuna contra el Covid-19, en Estados Unidos y en algunos países europeos, como Alemania, la están desdeñando.
De hecho, en la capital alemana, ya es motivo de preocupación porque poco a poco un movimiento antivacunas ha ido acumulando adeptos, además de que son los mismos que protestan masivamente por las medidas de confinamiento y el obligado uso del cubrebocas.
Pero a decir verdad, ésta no es la primera vez que ocurre, pues incluso aquí en México en los últimos años fue una “moda” no inocular a los niños con el esquema básico de vacunación, pues circulaban, sobre todo en internet, descabelladas ideas sobre los biológicos y muchos padres de familia, jóvenes sobre todo, hacían o hacen caso a teorías que lo único que logran es perjudicar a los niños a largo plazo y por supuesto, el regreso de enfermedades que ya estaban erradicadas, como el sarampión.
De hecho, en nuestro país hace un par de años ese era motivo de preocupación, pues empezaron a surgir varios casos de sarampión y el desenlace, en algunos, fue fatal, pues al no estar inoculados el padecimiento se recrudeció.
Ahora, al estar viviendo una grave crisis sanitaria, la llegada de la vacuna vino a significar un rayo de esperanza pues ya se sabe que con una o dos dosis, según la farmacéutica que los fabrica, significa la diferencia entre la vida y la muerte, primero porque se supone que ya no se podrá contagiar el coronavirus y segundo, si la infección se llegara a dar, ésta sería de menos gravedad y por consiguiente, con menos tasa de mortalidad.
Pero si en México a la vacuna la esperamos con ansias, en otros países, además de algunos europeos, como Estados Unidos, literalmente se encuentra debajo de las piedras y se puede inocular en hospitales, farmacias, centros comerciales, tiendas e incluso a pie de playa, como en Miami, donde se le aplica a quien la solicite.
También se dio a conocer que llaman a la gente a vacunarse y a cambio se dan incentivos, como vales de despensa, dinero e incluso, donde es permitido, su plantita de marihuana, todo lo que motive a que la gente se inmunice.
Incluso, en Estados vecinos se organizan viajes en aviones privados de 12 horas para ir a Houston o cualquier otra ciudad texana, vacunarse, estar unas horas libres y regresar por la noche; el costo varía entre 7 y 12 mil pesos y aunque mucha gente no los tiene a la mano, hacen lo posible por realizar el llamado turismo médico, porque saben que en este país tristemente la cosa va para largo, a despecho del aumento de contagios y muertes, como ocurre en estos momentos en Aguascalientes.
Pero por lo pronto, mientras la vacuna no llegue a toda la población en nuestro país, pues deberemos seguir con los cuidados esenciales de la “nueva normalidad” y continuar haciendo lo básico, lo que ya todos sabemos.