Aguascalientes.- El saqueo y vandalismo de que fue objeto el inmueble tras la mudanza del Hospital Hidalgo a su nueva sede, hizo que fuera descartada la idea de que el vetusto edificio fuera rehabilitado para albergar las nuevas camas y reforzar la capacidad de respuesta para los casos complicados de coronavirus que se esperan.
“El edificio antiguo del hospital se encuentra bastante dañado en las diferentes áreas, porque la rapiña estuvo a todo lo que da con el robo de cuanto estuvo al alcance de los saqueadores, de manera que pretender rescatarlo para volver a utilizarlo como hospital se ve como algo imposible, porque se necesita de una inversión multimillonaria”, mencionaron directivos y vigilantes del hospital.
De hecho, HIDROCÁLIDO tuvo oportunidad de hacer un recorrido por lo que fueron las áreas de encamados de hombres, mujeres y de pediatría, así como por los quirófanos, laboratorios y otros servicios hospitalarios, donde se pudo constatar que aunque se quiera por las autoridades, parece más que una misión imposible poner nuevamente en funcionamiento las áreas neurálgicas de lo que fue el Hidalgo en sus antiguas instalaciones.
Al interior de lo que fueron las áreas de encamados y las salas quirúrgicas se observan paredes y techos desgastados por tratarse de infraestructura obsoleta, pero también por el abandono en que se le tiene justo desde hace dos años en que el hospital se cambió a su nueva y flamante casa; incluso se observó el riesgo de que en cualquier momento puedan llegar a presentarse derrumbes de techos.
“Quizá la intención de las autoridades de gobierno para volver a utilizar al menos temporalmente los espacios del antiguo hospital sea buena, porque sí se necesita tener más camas de hospital para lo que se pueda presentar con los contagios de coronavirus, pero en los hechos esto es más que imposible, porque habría que invertir mucho dinero en la rehabilitación integral no sólo del edificio, sino de las instalaciones y equipos propios para la operación de una unidad hospitalaria”, mencionaron a su vez funcionarios del ISSEA.
En el recorrido que se hizo por el segundo y tercer nivel del viejo edificio, se observó que además del pésimo estado físico de las diferentes áreas a las que les faltan las puertas y cristales, se encuentran severamente lastimadas las instalaciones y equipos eléctricos y de las tomas de oxígeno, producto del vandalismo que se desató tan pronto como se cerraron las puertas del viejo hospital.