Aguascalientes, Ags.-Comerciantes de Colinas del Río se dicen desesperados porque el próximo viernes se cumplen 4 semanas del inicio de las obras en las laterales del nuevo paso a desnivel del Antiguo Camino a San Ignacio y no le ven término a la obra.
Asimismo denunciaron que a simple vista se ve que la obra es de mala calidad y no corresponde al proyecto original que se presentó.
Mientras tanto el número de negocios que han cerrado aumenta todos los días, al ser imposible resistir sin ventas y con una serie de compromisos económicos que necesariamente tienen que cumplir con el pago de rentas, servicios y sueldos.
Para cubrir los gastos, hay quienes de plano han tenido que pedir préstamos, de manera que ahora sus problemas económicos son mayores, porque encima de los gastos de operación de los negocios tienen que saldar las deudas, por lo que para evitar que la bola de nieve siga creciendo mejor han optado por bajar cortinas.
Quienes se mantienen en pie de lucha es porque son dueños de los locales y no tienen que pagar rentas, pero aún así se dicen en serios apuros económicos porque las ventas siguen cayendo; la semana pasada la caída se estimaba en el 80 por ciento y ahora es del 90 por ciento aunque hay comercios en lo que de plano ni las moscas se paran porque es imposible acceder a la zona donde se llevan a cabo las obras.
Por si no fuera suficiente, la constructora responsable de las laterales en el tramo que involucra a los negocios afectados, ha incurrido en una serie de errores como la ruptura de tuberías, dejando sin agua a los habitantes de la zona, generando encharcamientos de aguas negras.
“La constructora no se hace responsable de las fallas y le echa la culpa a VEOLIA, pero a nosotros no nos interesa saber quién tiene la culpa de los retrasos, lo importante es que ya entreguen las obras, porque hay días en el que los trabajadores no hacen nada”, afirmaron los comerciantes a HIDROCÁLIDO.
Molestos por la tardanza, responsabilizaron al Gobierno del Estado del futuro de sus negocios y de sus complicaciones económicas, pues lejos de exigirse a la constructora celeridad en los trabajos, se limitaron a ofrecerles créditos con intereses del 8 por ciento de intereses.
“Por supuesto que los rechazamos, pues no se trata de endeudarnos más, pero al paso que vamos todos vamos a quebrar porque nos están dando atole con el dedo y en dos patadas van a acabar con nosotros”, concluyeron.