De gira proselitista por Tijuana, Baja California, la candidata presidencial de la oposición, Xóchitl Gálvez Ruiz, aseguró que no le preocupa quién resulte ganador en la elección de noviembre próximo en Estados Unidos, porque como presidenta de México no aceptará amenazas de imposición de aranceles ni agendas contra los derechos humanos de Joe Biden o Donald Trump.
En el Foro «Frontera de Siglo XXI: Seguridad y Desarrollo», puntualizó que no le teme a ninguno de los aspirantes a la Presidencia de Estados Unidos, por lo que en caso de ganar las elecciones del 2 de junio establecerá relaciones de cooperación, pero no permitirá que nos quieran imponer la agenda.
«Hoy México, debe tener una negociación mucho más clara con Estados Unidos. A mí no me dan miedo ni Trump ni Biden, se los digo sinceramente, al que me pongan va a haber una relación franca, directa, clara; sus amenazas de aranceles, aquí tengo al mejor negociador del Tratado de Libre Comercio (Ildefonso Guajardo). Lo que sí es que no vamos a aceptar que nos impongan una agenda que viole derechos humanos», aclaró.
A unos cuantos kilómetros de la línea fronteriza, Xóchitl Gálvez sostuvo un encuentro con especialistas en temas migratorios, ante quienes sostuvo que la migración no debe verse como un problema, sino como una oportunidad.
En este sentido, criticó la postura del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador de aceptar que México sea «tercer país seguro» sin solicitar al gobierno de Estados Unidos nada a cambio.
«El ser de facto tercer país seguro sin haber peleado nada a cambio fue un error garrafal del gobierno actual. ¿Por qué?, porque de entrada debimos haber peleado el que pusieran en regla los documentos de muchos millones de mexicanos que están dentro de Estados Unidos. No dijimos nada, no peleamos ni hemos peleado por los mexicanos que residen en Estados Unidos.
«Una organización nos dijo que, si hubiera abogados, un millón de mexicanos podrían estarse regularizando, simplemente con tener abogados, un millón de mexicanos en Estados Unidos tendrían derecho a la residencia, a la ciudadanía, fíjense nada más, cosas como esas podríamos pelearlas a cambio de ser tercer país seguro», recalcó.
Dijo que México también debió haber peleado los recursos para atender a los migrantes que están en espera de la visa humanitaria y están hacinados en los parques públicos o en la calle, y dependen de la atención de la sociedad civil, de la iglesia, de organizaciones de Estados Unidos y de México en condiciones poco humanas.