Copenhague, 3 ene (EFE).- La familia real noruega, autoridades, amigos y cientos de ciudadanos anónimos llenaron este viernes la catedral de Oslo para despedir a Ari Behn, exmarido de la princesa Marta Luisa, en un funeral de alta carga emotiva.
Behn, de 47 años, estuvo casado con Marta Luisa entre 2012 y 2017 y se suicidó el pasado día de Navidad, según confirmó entonces su representante, Geir Håkonsund.
«Debíamos pasar las Navidades juntos, y tenía tantas ganas de verte. Pero ahora nunca más podré ver tu tierna sonrisa y tus hermosos ojos», deploró en su discurso Maud Angelica, de 16 años y la mayor de sus tres hijas.
La ceremonia, que tuvo lugar según el rito protestante, duró una hora y media y fue retransmitida por la televisión pública NRK.
DISCURSOS EMOTIVOS
Maud Angelica, acompañada por su madre en el estrado, lamentó entre sollozos que nunca pudo entregarle a Behn un retrato suyo que pensaba regalarle y que situó sobre el féretro, rodeado de decenas de coronas como la que le dedicó junto a sus hermanas, que llevaba el lema «Te querremos siempre».
«Querido papá, siempre decías que estabas orgulloso de nosotras. Espero que sepas que también lo estábamos de ti. Eras mi héroe, te quiero tanto, te necesito tanto», dijo Maud Angelica, que defendió que un suicidio «no es culpa de nadie» y rogó con «corazón» y «alma» que quienes tengan problemas psíquicos pidan ayuda.
Los padres y los dos hermanos de Behn pronunciaron también emotivos discursos; en especial su hermano menor, Espen Bjørshol, incapaz por momentos de continuar su elogio del «protector» que le había ayudado a superar varias crisis personales a lo largo de su vida.
La ceremonia estuvo presidida por los reyes Harald V y Sonia, acompañados por los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit y el resto de la familia real, incluida Marta Luisa, sin su actual pareja, el chamán estadounidense Durek Verret.
La primera ministra Erna Solberg, su predecesor en el cargo y ahora secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg; ministros y políticos asistieron también al funeral, además del príncipe Daniel de Suecia y la princesa Lorenza de Holanda.
Por deseo de la familia, la ceremonia estuvo abierta al público: muchos hicieron cola en el exterior de la catedral desde horas antes de que se abrieran las puertas y un par de cientos de personas quedaron fuera al llenarse el aforo, para unas 900 personas.
CONMOCIÓN NACIONAL
El suicidio de Behn ha causado conmoción en Noruega y se han sucedido en las últimas semanas numerosas manifestaciones de duelo de familiares, políticos, artistas, famosos y ciudadanos comunes.
Cientos de personas se acercaron desde que se conoció la noticia de su muerte al Palacio Real de Oslo para depositar flores en recuerdo de Behn, cuyo divorcio de Marta Luisa fue el primero en la Casa Real noruega en dos siglos.
El propio Behn, que tenía la tutela compartida de sus tres hijas, ya había confesado con anterioridad sus problemas personales: en una entrevista en 2009 habló de que se sentía deprimido y solo y de que no era una persona con la que fuera fácil convivir.
En «Infierno», su último libro, publicado hace un año, relató lo dura que había sido la separación de Marta Luisa y en la parte final incluía reflexiones sobre la muerte, así como una despedida de sus personas más cercanas.