No es novedad lo que ayer admitió el subsecretario general de Gobierno, quien reconoció que en el Estado sí hay venta de gasolina robada, es decir, el famoso huachicol.
Pero esto realmente no es noticia, pues nunca ha cesado el robo de combustible y, lo que es peor, las autoridades lo saben pero poco o nada han podido o querido hacer ante esta problemática que, de no atenderse, según los enterados, podría darse nuevamente la escasez de gasolinas y diesel.
Lo que vemos hoy no es ajeno a los mexicanos, y en este día en nuestra edición encontrará imágenes que no se esperaría encontrar en el ‘primer mundo’, pues se ve que varias personas disputan a golpes las últimas gotas de combustible en una estación de servicio de Reino Unido, pues las gasolinas y el diesel también escasean en esas latitudes, lo que achacan a la falta de camioneros, cuya fuerza laboral ha disminuido por la pandemia y por el éxodo de trabajadores extranjeros; pero por los motivos que sea, el desabasto está pegando y ya se avizora una crisis social y económica.
Tales evidencias fotográficas no son nuevas en nuestro país, pues hay que remontarnos a enero del no tan lejano año 2019, cuando en la primera gran decisión del presidente López Obrador dejó sin gasolinas a ocho Estados porque cerró los ductos que transportan el combustible, pues estaba seguro de que así dejarían de operar las bandas de huachicoleros.
Craso error, lo que se vino fue un desabasto exasperante para miles de personas que de un momento a otro tuvieron que cambiar todos los planes y sus rutinas, pues para, literal, poner unos cuantos litros de combustible tenían que hacer filas durante horas afuera de las gasolinerías, en una escena casi surrealista en la que no faltaron los conflictos entre los conductores de los vehículos.
El Presidente anunció, apenas hace un par de días desde la refinería de Minatitlán, en Veracruz, con bombo y platillos que nunca más habrá escasez y mucho menos gasolinazos, lo cual es difícil de creer, sobre todo porque al haber un mercado negro de combustibles necesariamente la producción baja, y aunque abundan las gasolinerías con capitales privados, pues tiempo al tiempo, ya que el contrabando por supuesto que nunca va a terminar.
Si bien Petróleos Mexicanos tiene el mayor número de estaciones, con el arribo de capitales privados gracias a la apertura del sector energético, se ve opacado, por lo que reconocieron nuestras autoridades: el huachicol existe y va para largo su extinción.
Y ante la mínima sospecha de complicidad entre ladrones de combustibles y las autoridades es necesario que se desmarquen responsabilidades y que se den explicaciones, pues la sociedad ya está harta de ser siempre la pagana de las malas decisiones y, lo que es peor, de las acciones.