México, 12 oct (EFE).- La obesidad es un problema multifactorial en la que no solo incide lo que comemos sino también la pirámide socioeconómica, lo que hace que esta enfermedad afecte en mayor grado a los sectores más desfavorecidos, consideró este lunes la doctora Susana Socolovsky.
La presidenta saliente de la Asociación Argentina de Tecnólogos Alimentarios descartó que los alimentos ultraprocesados sean enteramente responsables del aumento de peso en la población porque «no necesariamente lo que comemos de origen envasado es responsable de los niveles de obesidad», afirmó.
Agregó que comer bien y saludablemente «es mucho más caro que comer abundantemente con muchas calorías».
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 2.000 millones de adultos en el mundo sufren de sobrepeso u obesidad, es decir, más de un cuarto de la población.
Este es un problema de salud que lleva a la muerte a 4 millones de personas cada año debido a que desencadena múltiples enfermedades como diabetes, hipertensión, enfermedades cardíacas, cánceres, depresión, discapacidades, entre otras complicaciones.
En América Latina, desde 2016 se estima que 6 de cada 10 adultos son obesos y al menos 4 de cada 10 mujeres y más de 3 de cada 10 hombres mayores de 20 años tienen sobrepeso.
Mientras que casi el 40 % de los niños padece obesidad y más del 20 % está por encima de su peso ideal.
En México, este problema se considera ya una epidemia, pues afecta al 70 % de los adultos y al 30 % de los niños.
La especialista detalló que existe una percepción incorrecta sobre los productos procesados, ya que estos surgieron hace dos millones de años.
«Surgieron cuando comenzamos a cocinar, fermentar, secar y salar los alimentos», indicó.
Aseguró que el balance y composición de la dieta tiene mucho más que ver con la obesidad que la composición de los alimentos procesados.
Explicó que en Guatemala el nivel de obesidad es del 21,2 %, mientras que en Alemania es del 15 % pese a que en ambas naciones se consumen una gran cantidad de alimentos envasados.
«En Italia, uno de los países más flacos del planeta, consumen alimentos de todos los orígenes», expuso.
En ese sentido, reiteró que se sabe que lo que impacta en la energía consumida es la composición nutrimental del alimento o bebida que se prepara ya sea en casa, en un restaurante o en la industria y si la composición es idéntica «el impacto es el mismo».
Agregó que se tiene que pensar en una alimentación basada en una buena composición de nutrientes para asegurarnos «de no aumentar el peso corporal. Debemos controlar la ingesta calórica»..
EN DEUDA CON LA EDUCACIÓN
La experta puntualizó que existe un «adeudo social terrible» ya que no se ha educado a la población para poder tener una alimentación más saludable.
«No hemos educado a la población, no hemos enseñado cocina, nutrición en las escuelas como una de las materias fundamentales porque los hábitos alimentarios se establecen durante la niñez», apuntó.
Aseguró que uno de los principales retos que tienen los científicos es garantizar que la población pueda acceder a alimentos saludables.
Recordó que el aumento de la población representa un importante desafío, ya que para 2050 se estima que habrá unas 10.000 millones de personas en el mundo.
«Los alimentos no van a alcanzar para alimentar a todos», y señaló que los científicos están a favor de generar y producir alimentos seguros y saludables.
«Esa es la labor de la ciencia de alimentos, contribuir de forma segura y sostenible para alimentar a la población», concluyó.