México, 23 ago (EFE).- Urnas con cenizas, prótesis, estudios médicos, bicicletas, computadoras, televisiones, teléfonos, hornos de microondas, identificaciones personales, libros y dinero, entre otras cosas, forman parte de una abigarrada miscelánea de objetos perdidos por usuarios del Metro de la Ciudad de México.
Con un estimado de 5,5 millones de usuarios promedio por día y millones de viajes resultaría prácticamente imposible que no existieran objetos extraviados en el popular Sistema de Transporte Colectivo (STC) de la capital mexicana que el 4 de septiembre cumplirá 50 años de su inauguración.
Para el jefe de la oficina de objetos extraviados Metro, Donovan Alvarado, el costo del pasaje, 5 pesos mexicanos (0,25 centavos de dólar) hace que los usuarios opten por trasladar objetos voluminosos y por cuidar unos, olvidan otros.
«El Metro es un transporte maravilloso y por la facilidad de viajar en este transporte y por su costo la gente lo utiliza para trasladar bultos y bolsas grandes, pero en los traslados pierden objetos por la premura de moverse, por las prisas», contó Alvarado a Efe en entrevista.
«Muchas veces es difícil para la gente pagar el traslado de algún objeto, por ejemplo un electrodoméstico, y por seguridad viajan en Metro porque si se van en un taxi no saben que pueda pasar», añadió.
El encargado de esta peculiar oficina, con diez años de experiencia recolectando y devolviendo objetos perdidos, dice que muchas veces los usuarios viajan a distintas partes de capital mexicana a comprar cosas, especialmente en el Centro Histórico, donde siempre hay mejores ofertas en diferentes artículos «pero en esa tarea olvidan otras bolsas u objetos».
Una oficina-bodega en la estación Candelaria, que conecta las Líneas 1 y 4 del Sistema, resguarda los objetos perdidos por los distraídos y apresurados capitalinos.
Esta semana los usuarios mexicanos han abandonado medio centenar de objetos, entre ellos teléfonos móviles, credenciales o identificaciones, tarjetas bancarias y hasta un carriola, vehículo de ruedas que en México se utiliza para transportar recién nacidos o niños de hasta tres años.
El encargado ha detectado dos etapas del calendario en las que aumentan los objetos perdidos, el regreso a clases en agosto, ya que el Metro es por demanda y costo el transporte de los estudiantes de todos los niveles, y diciembre, el último mes del año y que tiene como característica las compras y regalos de Navidad, fin de año y Día de Reyes.
Además contó que durante el periodo escolar los estudiantes son los que pierden más objetos, mientras que en vacaciones bajan los objetos perdidos ya que la afluencia baja «y la mayor parte de personas que pierde cosas son las que transitan hacia sus centros de trabajo».
Según la experiencia de Alvarado en este tiempo en promedio 8 de cada 10 objetos no son reclamados y recordó que ante un objeto extraviado las indicaciones del personal es que debe ser entregado al jefe de estación.
El Metro en Ciudad de México cuenta con 12 líneas y 195 estaciones y posteriormente pasa a la oficina de objetos extraviados.
«Es una minoría de personas la que entrega las cosas», dice Alvarado y cree que en la Ciudad de México la necesidad de la gente hace que «si se encuentran algo no lo regresen».
Tras perder un objeto en el Metro, la persona debe acudir a la oficina del jefe de estación para que por medio de un sonido publico se entere a los usuarios y espere un máximo de 10 minutos por si es localizado.
Posteriormente tiene que esperar 10 días para que el objeto llegue la oficina de objetos perdidos para reclamarlo y de no ser así tendrá 90 días para ir por el objeto antes de que sea donado.
El primer mes los usuarios pueden verificar en el sitio de internet la lista que el STC publica cada mes con el objetivo de que los dueños puedan recuperar sus prendas, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos.
Si en ese tiempo no es reclamado se queda los otros dos meses que marca el reglamento para que los objetos son destinados a diferentes dependencias.
Por ejemplo en el caso de identificaciones como pasaportes se envían a las Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y otros tipo de credenciales a otras instituciones.
En el caso de teléfonos móviles y aparatos electrónicos se destinan a un programa de reciclaje y en el caso de ropa se clasifican y se hacen donaciones a casas hogar.
Según registro de la oficina por mes llegan al lugar entre 200 a 220 objetos y al año entre 2.200 y 2.400 objetos aproximadamente y entre los que más destacan son las identificaciones para las votaciones, teléfonos móviles y mochilas.
Las mujeres son las que más olvidan objetos pero los hombres no se quedan atrás y se van en un porcentaje de 60 % y 40 %.
Confiando en las personas y para devolver la mayor cantidad de objetos posibles, el Metro, ante la falta de datos de objetos, pide a las personas ofrecer una descripción exacta de la prenda reclamada y ante las coincidencias viene la feliz entrega.