México, 30 nov (EFE).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este sábado que la construcción del Aeropuerto Internacional General Felipe Ángeles, en la Base Militar de Santa Lucía, estado de México, centro del país, se terminará «en tiempo, forma y presupuesto».
Este sábado, el mandatario, acompañado por el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y el gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo, constató el proceso de edificación del complejo aeroportuario y supervisó los avances de la construcción.
«Es admirable lo que se ha hecho en poco tiempo. Es el aeropuerto más grande que se está construyendo en el continente americano y se va a cumplir en tiempo, forma y presupuesto», dijo López Obrador, quien dio el banderazo al arranque de las obras el 17 de octubre tras vencer una batalla legal que pretendía frenar el proyecto y preservar el cancelado aeropuerto de Texcoco.
Dijo que la obra estará lista el 21 de marzo de 2022 para su inauguración.
El mandatario recordó «hubo algunos problemas, no muchos, pero si se interpusieron amparos con el propósito de detener la obra, más que nada por cuestiones políticas».
Recordó que su gobierno tuvo que esperar a que se resolvieran las demandas de amparo, unas 140, «pero al final se resolvió legalmente».
El aeropuerto de Santa Lucía operará a la par con el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y con la terminal aérea de Toluca, también en el Estado de México.
Precisamente sobre la terminal de Toluca, López Obrador informó que el Gobierno federal adquirirá las acciones de una empresa privada para que dicho aeropuerto sea propiedad total del Estado mexicano
«El Estado mexicano va a adquirir las acciones que tenían una empresa privada. El aeropuerto de Toluca en un 51 % pertenece al Gobierno federal y al Gobierno del Estado de México, mientras que un 49 % es de una empresa particular que decidió vender sus acciones al Gobierno federal», explicó.
Tras una polémica consulta ciudadana realizada en octubre de 2018, López Obrador decidió cancelar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) -que llevaba un 30 % de avance en el municipio de Texcoco- y transformar la base militar de Santa Lucía en aeródromo civil, alegando que sería menos costoso y más respetuoso con el medioambiente.
El NAIM era la gran obra pública del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), pero según López Obrador era una infraestructura que ejemplificaba la corrupción en México por su opaco esquema de financiación y cuyo costo sería de alrededor de 300.000 millones de pesos, unos 15.354 millones de dólares.