Houston (TX), 5 may (EFE).- La ONG estadounidense Global Response Management (GRM) ha abierto un hospital para atender exclusivamente casos de COVID-19 en el campamento de migrantes ubicado en la ciudad fronteriza mexicana de Matamoros, en el estado de Tamaulipas y donde permanecen unos 2.000 migrantes a la espera de pedir asilo en EE.UU.
Según Helen Perry, enfermera y directora ejecutiva de GRM, la clínica portátil dispone de 20 camas, equipos de protección y dos ventiladores para estabilizar al paciente en casos de COVID-19 más severo.
«De acuerdo con nuestra capacidad tenemos todo lo necesario para llevar a cabo el tratamiento hasta la fase de intubación», explicó Perry a Efe.
Aseguró que están preparados para realizar técnicas como la oxigenoterapia e incluso la pronación, que ha demostrado ser efectiva para pacientes graves de coronavirus que sufren síndrome de dificultad respiratoria aguda.
El hospital, ubicado en el extremo sur del campamento, apartado del tráiler que GRM tiene desde enero del año pasado para dar ayuda médica a los inmigrantes, recibirá a los enfermos por la pandemia dentro de la población migrante y también a los residentes de Matamoros.
«No vamos a rechazar a nadie», indicó Perry, quien trabajó con la organización sin fines de lucro en Irak y Siria.
«Tuvimos 17 pacientes con síntomas, pero como en ese momento no teníamos las pruebas de diagnóstico, los tratamos como si fuesen positivos así que los ubicamos en un área que tenemos designada junto con el Instituto Nacional de migración (INM), para que estuviesen en cuarentena y los pudiéramos monitorear hasta cuando se recuperaron», dijo Perry.
La iniciativa fue financiada con unos 500.000 dólares en fondos recaudados y luego de dos semanas obtuvieron la aprobación de las autoridades estadounidenses y mexicanas para cruzar la frontera con los insumos desde Brownsville (Texas).
Aunque por ahora no se registran casos confirmados de coronavirus en el campamento, la entidad llevó a cabo un ciclo de prevención para informar sobre la enfermedad y las medidas de precaución para evitar el contagio y su propagación.
Asimismo se están realizando continuamente cada día labores de desinfección sobre las superficies a lo largo del campamento para «reducir el riesgo de contagio».
Mantener las medidas como el distanciamiento social, dijo, es «imposible» debido a las condiciones de hacinamiento en las que viven los migrantes.
Las precarias condiciones sanitarias también aumentan el riesgo de un brote del virus en el campamento, donde se comparten los baños, duchas y cocinas.
Los migrantes permanecen allí desde que se implementó el programa Protocolo de Protección de Migrante (MPP, en inglés) a inicios de 2019 y que les obliga a esperar en México respuesta a su caso de asilo en EE.UU.
Sin embargo, debido a la pandemia del coronavirus el Gobierno de Donald Trump suspendió las audiencias para los solicitantes de asilo.
Según anunció este domingo la Secretaria de Salud de Tamaulipas, se registraron 580 casos confirmados y 29 fallecidos en el estado.