Houston (TX), 16 sep (EFE News).- El grupo de derechos civiles y de veteranos American GI Forum y legisladores han solicitado al Ejército mediante cartas y documentos revisar los registros de Marcelino Serna, el soldado más condecorado de Texas en la Primera Guerra Mundial, para que sea considerado de forma póstuma para la máxima distinción militar de Estados Unidos, la Medalla de Honor, que afirman le fue negada por su origen mexicano.
El comandante nacional de American GI Forum, coronel retirado Lawrence Romo, dijo a Efe que es «indudable» que Serna es merecedor del máximo honor militar del país concedido por heroísmo, un soldado que luchó por un país que no era el suyo.
Han sido varios los esfuerzos, hasta ahora infructuosos, de defensores y legisladores que en años anteriores han procurado obtener el reconocimiento a quien fue condecorado por Francia con cinco medallas y dos Cruz de Guerra (Croix de Guerre), la más alta distinción de ese país, y con la Cruz al Mérito de Guerra (Croce al Merito di Guerra) por Italia.
Sin embargo, Romo dice sentirse «optimista» y cree que las Fuerzas Armadas verán lo que es «correcto» y concederán la medalla al soldado que murió en 1992 y fue sepultado con honores militares en el Cementerio Nacional de Fort Bliss en El Paso, Texas.
En diciembre de 2019 el Congreso exigió al Pentágono revisar los historiales de soldados latinos, afroamericanos, asiáticos, nativos americanos y judíos de la Primera Guerra Mundial para determinar si les fue negada la Medalla de Honor por su color de piel o religión, y si merecen recibirla.
Según Romo, quien fue director del Sistema de Servicio Selectivo bajo la Administración de Barack Obama (2009-2017) , es un «honor y un orgullo» apoyar la causa del soldado, ya que «cumple con los criterios» estipulados por el Departamento de Defensa para que se le considere para la distinción militar, que le fue negada por ser «mexicano estadounidense e inmigrante».
A su vez, el representante estatal demócrata César Blanco se unió a los esfuerzos mediante una carta enviada la semana pasada a las Fuerzas Armadas firmada por los 32 miembros del Caucus Legislativo Mexicano Estadounidense de Texas, quienes sostienen que por «legitimidad» Serna merece la distinción.
Asimismo, Verónica Escobar, representante federal demócrata de El Paso, pidió al secretario del Ejército, Ryan McCarthy, que sean «considerados cuidadosamente los singulares e injustos cambios sociales» que tuvo que «soportar» Serna para servir al país.
«Los prejuicios no tienen lugar en nuestras Fuerzas Armadas (…); ya es tiempo de corregir los errores del pasado», dijo Escobar en la misiva.
Nacido en 1896 en Chihuahua (México), Serna emigró a los 20 años a El Paso (Texas) y un año después se enroló voluntariamente en el Ejército para no ser deportado.
Le ofrecieron la oportunidad de darse la baja por no ser ciudadano estadounidense, pero Serna se rehusó y prefirió luchar junto a sus compañeros. En 1924 se hizo ciudadano.
Combatió entre abril de 1917 y noviembre de 1918, hasta que fue herido en ambas piernas por un francotirador cuatro días antes del armisticio, por lo que estuvo varios meses en un hospital francés.
«Luchaba por un principio mucho más alto que el nacionalismo; él estaba luchando por un principio universal de la libertad y la democracia», dijo a Efe Andrés Tijerina, historiador y veterano de la Guerra de Vietnam. «La historia y el mensaje de Marcelino Serna revelan que cuando un inmigrante llega a Estados Unidos sirve al país y trae solo el más alto ideal», sostuvo.
«SERENIDAD Y VALOR EXCEPCIONALES»
Serna fue premiado con la Medalla de Corazón Púrpura y se convirtió en el primer hispano en recibir la Cruz por Servicio Distinguido, la segunda condecoración más importante en EE.UU., por su «heroísmo extraordinario» mostrado el 12 de septiembre de 1918 cerca de Flirey (Francia), cuando «acometió y capturó sin ayuda» a 24 soldados alemanes con «serenidad y valor excepcionales», según indicó la cita del galardón.
En otra ocasión persiguió a un francotirador hasta una trinchera, a donde lanzó granadas y disparó matando a 26 soldados alemanes y tomando prisioneros a otros tantos. A su llegada a la base evitó que los prisioneros alemanes fuesen ejecutados porque iría en contra de las leyes de combate.
Otra de sus heroicas hazañas ocurrió en la ofensiva en Saint-Mihiel (Francia), en la que Serna lanzó granadas a un emplazamiento de ametralladoras provocando la muerte de seis soldados alemanes y capturando a ocho más.
«La Medalla de Honor se la han dado a otros soldados que no hicieron tanto como él», dijo a Efe Robert Serna, sobrino del militar, quien recuerda a su tío como alguien que siempre estaba «dispuesto» a ayudar a quien se lo pidiera.
«Fue muy injusto porque él la merecía (la Medalla de Honor)», comentó Robert, quien es veterano y reconoce que su tío fue su inspiración para unirse al Ejército.
«Es de suprema importancia que una nación respalde y honre a cualquier soldado al que le piden que arriesgue su vida», explicó Tijerina.
«Si una nación no los honra y no les da el respeto que merecen, ese país está en gran peligro de perder su propia credibilidad», acotó.