Sucedió otra vez lo que nadie quería que pasara, pero que todos esperan, pues una nueva tragedia recae en los migrantes.
En Texas fue encontrado otro “trailer de la muerte” con medio centenar de cuerpos de hombres y mujeres cuyo pecado era querer mejorar sus condiciones de vida, porque en sus respectivos países no tenían la oportunidad a veces ni siquiera de tener qué comer.
Conforme pasan las horas se van conociendo detalles de este “accidente”, por llamarlo de alguna manera, pero que no es otra cosa que un crimen, ya que a esas pobres personas las transportaban peor que a animales, dejando atrás su dignidad.
Aunque esto no es nuevo, no deja de doler porque son seres humanos que arriesgan todo para poder traspasar fronteras y lograr una mejor calidad de vida, dejando atrás a sus familias, sus amigos, sus casas, sus trabajos y sus raíces para ir tras la posibilidad de dar lo mejor para sus seres queridos, esos que hoy lloran por la terrible forma en que murieron, hacinados, con sed y calor.
La frontera México-Estados Unidos es un enorme cementerio donde han muerto miles de migrantes de muchas nacionalidades, donde hombres y mujeres han perdido la vida en el Río Bravo, en el desierto, en el muro, todo en su afán de llegar al país donde se supone tendrán lo que su propia patria no les puede proporcionar.
En suelo americano se han truncado las vidas de esos indocumentados de diversos países, generalmente de aquellos que viven en condiciones de desigualdad, entre ellos México, que es el mayor exportador de migrantes por su vecindad.
La sociedad de Aguascalientes no es indiferente a esta tragedia porque lo ha vivido en carne propia y ya conoce de este dolor, pues hace 5 años, en otro “trailer de la muerte”, se localizaron 10 cuerpos en idénticas condiciones en las que encontraron hace un par de días en San Antonio, Texas, personas que murieron asfixiadas porque las encerraron en un camión sin ventilación y varias de las víctimas eran de nuestro Estado.
Ahora vendrán las investigaciones y las declaraciones, pero nada cambiará el hecho de que nuevamente se registra un incidente de esta magnitud, en donde manos criminales, en un afán de lograr dinero, prometen una vida mejor para esos pobres infelices que sólo quieren trabajar para sacar adelante a sus familias.
Conforme pasen los días se conocerán nombres, nacionalidades, pero lo triste y terrible del caso es que no será ésta la última tragedia que suceda con aquellas pobres personas que van en busca del “sueño americano” y terminan viviendo una verdadera pesadilla.