Un nuevo frente de batalla que parece que va a sacar chispas es el que sostienen, otra vez, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el ex-candidato presidencial panista Ricardo Anaya.
La verdad es que no sorprende que el Mandatario tenga otro encontronazo con uno de sus adversarios, que parece que son muchos, pero éste en particular demuestra que López Obrador no olvida y al panista no le perdona la manera como lo trató en un debate presidencial.
Han pasado los años, Andrés Manuel por fin consiguió ser presidente legítimo y poco a poco va cerrando las pinzas contra la gente que piensa diferente a él, como ya lo hemos visto en otros casos.
Este pleito en particular llama la atención porque el panista, semana tras semana, publica videos en sus redes sociales en los que critica la gestión del Presidente, con pelos y señales, algo que seguramente no le gusta al Mandatario, aunque no es el único personaje que lo hace, pues también seguido lo critican sus antecesores como Vicente Fox y Felipe Calderón.
Pero esta disputa, que no es la única que enfrenta actualmente el jefe del Ejecutivo, llama la atención porque encendió las más acaloradas respuestas a favor y en contra, pues el panista de plano se exilió y se fue a Estados Unidos porque si se queda aquí, asegura, será detenido por un capricho presidencial.
El Presidente se lava las manos y le pide que si es inocente del rosario de acusaciones que no se vaya y que enfrente a las autoridades, a lo que el panista no va a acceder.
Los órganos autónomos, las autoridades electorales, integrantes del Poder Judicial, políticos, periodistas, intelectuales, en fin, todos aquellos que piensan diferente al Presidente han sido criticados por la máxima autoridad en el país, algo que definitivamente le resta atención y tiempo a los asuntos que de verdad preocupan a la sociedad mexicana, y no es que estos pleitos que son exhibidos casi a diario en las conferencias mañaneras no tengan importancia, sino que por ser cotidianos cansan a la ciudadanía.
Los temas que realmente le importan ahora a los mexicanos, a saber, son el manejo de la pandemia de Covid que tiene bajo asedio a todo el país; el inminente regreso a clases, cuando todas las luces de alerta están encendidas; la imparable violencia y el consecuente baño de sangre en todo el territorio nacional y en el que por supuesto no escapa Aguascalientes, con ejecuciones un día sí y otro también, así como la maltrecha economía de muchos mexicanos que no se han podido recuperar tras la sorpresa del coronavirus; la escandalosa subida de precio de los combustibles y la eterna inflación; otro tema que ha dado mucho de qué hablar desde que inició el sexenio de López Obrador es el desabasto de medicamentos, sobre todo para niños con cáncer y, en fin, temas que no tienen nada qué ver con sus deseos de venganza personal.
Este pleito va para largo y ya veremos con el tiempo en qué termina este nuevo enfrentamiento, que no le hace falta a la sociedad mexicana, pero que es testigo de primera mano, porque así son las cosas en este país.