Los pacientes renales que se han amparado no tienen por qué acudir a recibir tratamiento a la UNAE, que está en el Edificio Tepeyac, sino que seguirán recibiendo atención en sus clínicas habituales y son la gran mayoría de los 800 enfermos que acuden al tratamiento de hemodiálisis, comentaron ayer a HIDROCÁLIDO algunos de estos pacientes que están amparados contra la pretensión del IMSS de cambiarlos de clínica.
Además, este fin de semana se ampararon otros 500 enfermos para proteger su derecho a una atención de calidad que no ponga sus vidas en riesgo.
Señalaron que algunos pacientes que acudieron al Seguro Social por sus hojas de subrogación y fueron enviados a recibir atención a la UNAE, son algunos que no están amparados y que al protestar ante el personal del IMSS recibieron amenazas en el sentido de que si no hacen esto, corren el riesgo de tener que pagar de su bolsa los costosos tratamientos.
Informaron que la otra parte de más de 500 pacientes que no se incluyeron en el primer amparo, desde el pasado sábado y domingo empezaron a solicitar esta protección legal y el lunes se metió el amparo en donde ya están la gran mayoría, solamente faltan las personas que vienen de comunidades rurales y que no tienen celular y por eso no se enteraron de los procedimientos para evitar ir a la UNAE y son precisamente las que acudieron al HGZ1 del IMSS y les fueron entregadas esas hojas en donde se les manda a recibir atención a ese lugar.
Sin embargo, continuarán en la batalla legal para quedarse en las unidades donde se les atiende, pues tampoco el IMSS tiene la capacidad para atenderlos en sus unidades de hemodiálisis y esperan que los amparos sigan su curso, así como las acciones legales que seguirán emprendiendo para mantenerse protegidos de los cambios que se pretenden aplicar mediante la licitación entregada a la nueva empresa médica que no llena los requerimientos para que los pacientes sean atendidos con calidad, pues empezando por los elevadores demasiado estrechos y la atención del personal, de la cual se han quejado ya los que se han visto obligados a atenderse en el lugar, pues no saben realizar el aseo de los catéteres en forma correcta y hasta lastiman a los enfermos por su poca habilidad para efectuar estos delicados procedimientos.