Un profesional que llegó a desarrollar su misión de salvar vidas y a propagar la salud a unos 650 kilómetros de su tierra natal, un médico loco en sus tiempos pues a finales de la década de los 80's pocos creían que era posible hacer cirugías “a través de un tubo y verla en una pantalla”, cuando decidió junto con otros 3 amigos comprar el primer equipo de laparoscopía que se tuvo en la Medicina aguascalentense.
Se trata del doctor Pablo Esquivel Pedraza, quien durante su infancia y adolescencia quiso ser piloto aviador porque su papá trabajaba en los aeropuertos, pero casi al finalizar el bachillerato se decidió por la Medicina para salvar vidas, y así lo ha hecho.
Ser pionero en las cirugías mediante mínima invasión no fue una tarea sencilla, ya que la rápida curación, la ausencia de síntomas post operatorios y la eliminación de la enfermedad sorprendía a los pacientes, hasta ser ahora, la técnica más socorrida.
De Veracruz para Aguascalientes doctor, cuéntenos por favor ¿por qué decidió desarrollar su profesión aquí?
Bueno, yo nací en Nautla, Veracruz, pero casi de inmediato mi papá se llevó a toda la familia a Querétaro y luego a la Ciudad de México, como él trabajaba en los aeropuertos lo cambiaron de sede. Finalmente hice todos mis estudios básicos en Querétaro y los profesionales en la capital.
Yo recuerdo haber venido ya de joven con unos amigos a la Feria de San Marcos, poco conocía de Aguascalientes y me gustó, por eso es que cuando terminé la carrera de Medicina en la UNAM decidí hacer mis prácticas profesionales en el IMSS de Rincón de Romos, luego volví a México pero ya no me gustó, su ambiente era hostil y acelerado, a comparación de la tranquilidad que en esos tiempos se tenía en Aguas.
En 1989 llegué a Aguascalientes a realizar mis prácticas profesionales en Rincón de Romos donde dos años después me especialicé en Gastroenterología y a partir de 1991 comencé con la práctica de una técnica llamada laparoscopía.
¿Obviamente en ese tiempo nadie creía en la laparoscopía, cómo le fue con sus críticos?
Junto con tres amigos compramos un equipo de Cirugía Laparoscópica, nos costó en 180 mil pesos de aquellos, convencer a la comunidad médica de Aguascalientes sobre su importancia y necesidad para varios tipos de cirugías nos llevó algo de tiempo. Un equipo similar al de nosotros llegó al IMSS y al ISSSTE, pero fue años después que nosotros ya operábamos con éste y convencimos que era lo ideal para los pacientes que necesitaban determinadas cirugías.
Pero mientras los convencíamos, nosotros nos capacitábamos, aquí hicimos nuestras primeras pruebas en 'puerquitos', en la Posta de la UAA, y es que nos teníamos que adaptar al instrumental que era realmente novedoso y así empezó la laparoscopía en Aguascalientes.
Nuestros primeros pacientes con cirugía laparoscópica tuvieron el beneficio de pronta recuperación y cicatrices mínimas. Recuerdo que en 1993 me tuvieron que operar de la vesícula, entonces yo también tuve que probar con ese equipo y comprobé que era una maravilla, a los 5 días de mi operación estaba ya recuperado.
Poco a poco la comunidad médica de la localidad se convenció de lo sencillo que era este procedimiento y lo importante para los pacientes, y ahora todavía más, pues si antes sólo se hacían operaciones de vesícula y de hernia hiatal, después vino la inguinal, también se probó exitosamente con la cirugía de obesidad y otros procedimientos que se pueden hacer al abdomen, a grado tal que en la actualidad inclusive muchos ginecólogos ya lo utilizan.
Ahora estimo que el 99% de nuestras cirugías se hacen con esta tecnología. Pero antes de que esto pasara, hicimos cursos de entrenamiento para que cada vez más cirujanos pudieran hacer su labor con laparoscopía, aunque hubo algunos que fueron a capacitarse a la capital del país.
¿Qué viene para usted en los próximos años doctor?
Bueno, pues casi se acerca mi jubilación en el IMSS, ahora presto mis servicios en el Hospital General de Zona Número 2 en donde también comparto mis conocimientos con las nuevas generaciones de médicos, me gusta la docencia, también ese lado lo he probado y me gusta enseñar a otros galenos sobre la importancia de las nuevas tecnologías en su práctica diaria, además, es una forma de servir a los demás.
En algún momento pensé en mi jubilación para dedicar un poco más de tiempo a mi familia, que ha sido la sacrificada, sin embargo hay mucho por hacer y de alguna forma he buscado compensar las ausencias con tiempo de calidad y siempre he dedicado momentos para mi esposa e hijos, los cuales ahora ya son grandes y no siguieron la carrera de Medicina, precisamente porque no quieren este ritmo de vida. Mi hija es arquitecta y mi hijo es ingeniero de sonido, ambos están cursando una maestría en sus áreas.
¿Con tanto ajetreo y una agenda de trabajo tan llena doctor, cómo se relaja, dedica algo de tiempo para usted?
Sí cómo no, siempre me doy mis tiempos. Mi ideal es trabajar 12 horas al día, de 7 de la mañana a las 7 de la noche, no siempre se puede, pero procuro que así sea, también me doy tiempo para comer con la familia que es el momento de convivencia diaria. Ya por la noche entre 7 y 8 voy a hacer un poco de ejercicio, me gusta jugar tenis y cuando ya no alcanzo pues corro, nado o camino, eso me sirve para sacar el estrés y el cúmulo de adrenalina. Los sábados los dedico para ver a mis amigos, platico con ellos o hacemos deporte y los domingos son netamente familiares. Mi profesión y mi pasión no me ha aislado, tengo el tiempo bien dosificado y organizado. También salgo de la ciudad cuando puedo, para eso aprovecho los Congresos de Medicina y cuando mis hijos eran más pequeños, las salidas escolares a otras partes del país.
¿Tiene algún pendiente en su vida o profesión?
Bueno, no tanto como pendiente, pero sí hay algo que me hubiera gustado impulsar, como es la cirugía con robot, ya se realiza pero yo lo he practicado poco, pero finalmente son otros tiempos, pero me hubiera gustado que esa tecnología se hubiera tenido en aquellos tiempos, yo hubiera querido ser su impulsor y el primero en probarla.
Con modestia el doctor Pablo Esquivel hace obras sociales, muestra de ello es el servicio que brinda a la comunidad católica, pues curas y monjas de avanzada edad que reciben atención preferente tanto en consultas como cirugías sin costo alguno.
Considera que su apostolado es la Medicina y lo ha seguido sin miramiento de quién es el beneficiario y gracias a esto recibió la bendición directa de San Juan Pablo II en una recepción especial que se celebró en El Vaticano.