Washington, 16 oct (EFEUSA).- El Gobierno reanudó este miércoles la asistencia al Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras), en una medida que sigue a la firma de acuerdos con esos países para restringir el flujo de inmigrantes indocumentados hacia su territorio.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, informó en un comunicado de que su oficina informó al Congreso del país de su intención «de reanudar los fondos de asistencia extranjera de EE.UU. para El Salvador, Guatemala y Honduras».
Esta medida se produce después de que a finales de marzo pasado el Gobierno del presidente Donald Trump hiciera efectiva su amenaza de suspender los recursos asignados a esos países, de donde procede la mayoría de los inmigrantes que llegan por la frontera sur, en castigo por el flujo migratorio.
Pompeo recordó en su nota que este año ordenó, siguiendo una directriz del presidente, que el Departamento de Estado y la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid, en inglés) suspendieran temporalmente la asistencia «hasta que los Gobiernos de estos países tomaron medidas suficientes para reducir la abrumadora cantidad de migrantes que llegan a la frontera» con México.
En los últimos meses, Washington ha alcanzado acuerdos de cooperación sobre asilo con esos países: el primero de ellos, el 26 de julio, con Guatemala; y después con El Salvador el 20 de septiembre; y con Honduras, cinco días después,
En su comunicado, Pompeo subrayó que la ayuda apoyará los programas que están potenciando los esfuerzos conjuntos para mitigar la inmigración indocumentada desde esos países.
«Gracias a la política del presidente y a la respuesta de estos países, estamos viendo un gran progreso. Los acuerdos de cooperación en materia de asilo (ACA, en inglés) firmados recientemente son solo un ejemplo», destacó Pompeo.
El representante de la diplomacia confió en que esos recursos ayudarán además a que esos Estados desarrollen sus capacidades para implementar los acuerdos recientemente suscritos para «construir sistemas locales de asilo más fuertes».
«Estados Unidos elogia el pensamiento creativo y el compromiso de los Gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras para alcanzar nuestro objetivo compartido de reducir la inmigración desde esos países hacia Estados Unidos», agregó el funcionario, quien aseguró que esperan continuar «este importante trabajo» con estos «socios comprometidos».
Previamente, Trump había recordado en Twitter que Guatemala, El Salvador y Honduras rubricaron acuerdos «históricos» de cooperación sobre asilo y que están «trabajando para poner fin al flagelo del tráfico de personas».
«Para acelerar aún más este progreso, Estados Unidos aprobará en breve asistencia específica en las áreas de aplicación de la ley y seguridad», dijo el mandatario en su mensaje, sin abundar en detalles.
«Estos programas complementarán nuestros planes de seguridad conjuntos para cada Gobierno, aumentará los esfuerzos del sector privado para crear oportunidades económicas, promoverá el Estado de derecho, el desarrollo institucional y el buen Gobierno», auguró por su parte Pompeo.
El pasado 29 de marzo, Trump cumplió con la amenaza de cortar la asistencia a estos países como castigo por el flujo migratorio.
La decisión se tomó después de que el gobernante los criticara por «no hacer nada» por los estadounidenses y de permitir la formación de caravanas de migrantes que tienen como objetivo llegar a territorio del país.
Aunque las autoridades no precisaron en ese entonces qué cantidad de recursos sería suspendida, sí que indicaron que la decisión afectaría al presupuesto que el Congreso aprobó para Guatemala, Honduras y El Salvador durante el año fiscal 2017 (de octubre de 2016 hasta septiembre de 2017) y el mismo periodo de 2018.
Trump ha calificado de «crisis humanitaria» la situación en la frontera con México, donde en mayo pasado fueron detenidos 132.859 inmigrantes, una cifra no vista desde marzo de 2006.
Desde entonces, el Gobierno Trump ha implementado una serie de medidas, entre ellas la expansión a todo el linde de su programa «Permanezcan en México», que establece que los solicitantes de asilo esperen en el vecino del sur mientras se desarrolla el proceso en EE.UU., lo que puede demorar semanas o meses.