Denver (CO), 26 ago (EFEUSA).- Como cada semana desde hace medio siglo, un gran número de familias chicanas y mexicanas salen cada tarde de domingo de paseo por un transitado bulevar del oeste de Denver para mostrar las habilidades y colores de sus carros modificados «lowrider» para así celebrar su cultura y tradiciones.
Pero este domingo, a diferencia de los anteriores, el paseo tuvo un sabor especial al ser la primera vez que la capital del estado de Colorado reconocía oficialmente esa costumbre como el «Día del Paseo por el Bulevar Federal».
En esta jornada se enfatizó «la familia, el amor y el arte» que están involucrados en el despliegue de este particular estilo de bajar los autos lo más cerca posible al suelo con sofisticados sistemas hidráulicos.
«Trabajamos mucho toda la semana», dice a Efe Javier Hernández sobre un esfuerzo que requiere de un merecido descanso durante estos paseos dominicales.
Hernández, obrero de la construcción, reconoce que este paseo, a menudo a velocidades bajas, con música a todo volumen y en ocasiones con extravagantes bocinas que incluyen alguna a ritmo de la popular canción «La Cucaracha» puede acabar con la «paciencia» de los vecinos del Bulevar Federal, que recorre la ciudad de norte a sur.
A pesar de las molestias que causan, para los latinos de la ciudad es una importante celebración de su cultura que hay que mantener.
De hecho, los cambios demográficos durante la última década en los vecindarios del oeste de Denver, antes casi exclusivamente hispanos, y el significativo crecimiento en la circulación del tráfico por el Bulevar Federal afectaron en los últimos años tanto la concurrencia como su duración, que se redujo a unas pocas horas.
Además, luego de la reciente masacre en El Paso (Texas) y en el marco de la creciente hostilidad contra hispanos y otras minorías, muchos participantes del paseo dominical prefieren no circular con grandes banderas mexicanas que comúnmente adornaban sus vehículos.
En el paseo de este domingo se recordó el legado de señeros dirigentes chicanos como el educador y poeta Rodolfo «Corky» Gonzales y se buscó «cambiar la percepción» de aquellos nuevos vecinos de origen no latino, que, por eso mismo, desconocen la importancia histórica de los paseos dominicales.
Ben Chávez, dirigente comunitario, es uno de los organizadores del «Día del Paseo por el Bulevar Federal». Y una de sus metas, dijo, es «invitar a todos los vecinos a un diálogo» que viene de lejos y ya tuvo sus frutos en el pasado.
No en vano, entre los participantes hay enorme diversidad y van más allá de mexicanos y chicanos. De hecho, uno de los más populares clubes locales de «lowriders», el Lowriding Zoot Suiters, incluye a un buen número de afroamericanos y de filipinos.
El atractivo de los vehículos presentados cada domingo se extiende más allá de los logros técnicos como modificar el sistema hidráulico para que el carro adopte distintas «posturas» o instalar nuevas luces o sistemas de sonidos.
«Para los chicanos y chicanas, los ‘lowriders’ son un estilo de vida expresado por medio de carros, estilos y arte», dice Lucille Rivera, directora ejecutiva del Concilio Chicano de Humanidades y Artes (CHAC) de Denver.
De hecho, la nueva exhibición en la galería de CHAC, que se abrirá el 6 de septiembre, será «Cultura Lowrider» y se enfocará en la «belleza de todo lo que se relaciona con los carros bajitos», explicó Rivera.
Pero no siempre mexicanos y chicanos pudieron pasear por el Bulevar Federal con la libertad que hoy gozan.
En las décadas de 1980 y 1990 los conductores frecuentemente eran detenidos y multados y sus carros incautados por la Policía local al considerarlos pandilleros.
Y es que desde principios de los cuarenta y hasta bien entrados los años ochenta, la fiebre por la modificación de ciertos modelos de autos fue asociada con el peligroso mundo de las pandillas mexicoamericanas y combatido por las autoridades con firmeza.
Aunque llevó tiempo, las gestiones de grupos locales fueron exitosas e incluso lograron que desde 2012 la propia Policía de Denver se sumase a los paseos con su propio «lowrider» construido por estudiantes hispanos de una escuela local.
«Denver siempre ha sido una ciudad importante para el Movimiento Chicano y hoy lo celebramos ruidosamente», afirmó Juan Fuentes, fotógrafo local experto en documentar la cultura chicana y uno de los organizadores del encuentro.