Madrid, 12 nov (EFE).- Tras declarar hace poco más de un año que el reguetón era «un amigo al que besaba en la boca», con su nuevo sencillo, «Si supieran», Paulina Rubio demuestra que lo suyo con el urbano latino es un romance que no cesa y que incluso le sirve para rendir cuentas con su pasado amoroso.
«Sin perder identidad, mi música ha cambiado. No hago un género urbano, pero es una manera de reinterpretar. Siempre digo que de la moda lo que te acomoda; de esa manera soy un camaleón para no morir y ser auténtica conmigo mismo», alega la artista en una entrevista con Efe.
En ese sentido, defiende que para ella la mezcla es algo natural. «Será porque soy de México y estamos en la frontera y porque mi educación ha sido muy americana, pero no le tengo miedo al cambio y eso me ha ayudado en muchos momentos», insiste.
Mientras filma un vídeo «con mucho gancho» para la próxima semana, Rubio (Ciudad de México, 1971) recala en España aprovechando el final de su gira por EE.UU., «una experiencia regeneradora» de la que vuelve «con los sentimientos a flor de piel y llena de energía».
«La de la carretera es una soledad imaginaria, porque te entregas cada noche al público, pero luego en la habitación del hotel hay espacio para mucha reflexión», apunta de un tiempo en el que suelen asaltarle «sueños guajiros» y «muchas ideas de letras de canciones».
En la última, «Si supieran», parece aludir a un episodio biográfico muy reciente, el de la amistad entre sus dos ex y padres de sus dos hijos: el empresario español Colate Vallejo-Nájera y el cantante mexicano de rancheras Jerry Bazúa.
En el tema de marras, Rubio canta: «Yo no sé qué le pasó a mi ex / Se hizo amigo de mi otro ex / Se juntaron MasterCard y Visa / Y eso es lo que me da risa / Yo no sé qué le pasó a ese bobo / Que se junta con el otro bobo / Muchas amigas en la foto,/ Pero están durmiendo solos».
«Habla de temas muy simples, pero la gente se refleja conmigo», destaca la artista, antes de reconocer que la transparencia de la que siempre hace gala se vuelve «definitivamente» mucho más palpable en su música. «Yo me siento más cómoda cantando que hablando», suscribe.
De cara a futuro, la «chica dorada» ha decidido enfocar su carrera en el directo, con una próxima gira por España que podría celebrarse «antes del verano» de 2020, y sobre todo en el lanzamiento de nuevos temas, pero no necesariamente de un disco.
«La industria ha cambiado y no puedo contestar eso ahora mismo. Lo que sí puedo decir es que tengo un compromiso conmigo misma y con mi público de sacar canciones constantemente», afirma.
Lo hará desde la libertad discográfica ya que, por primera vez en su carrera, no está ligada a Universal Music. «Estoy libre, pero antes también lo era. Ahora con las plataformas no hay intermediarios, tú eres tu propia compañía de discos», ratifica, antes de señalar que, «ahora que la tecnología lo permite», ella ha decidido «hacer puenting sin miedo».
Libre también aparece de su compromiso como «coach» con la próxima edición de «La Voz» en Antena 3. «Mi corazón es de ellos, pero estoy en un momento en el que el directo es muy importante como para estar en una sola base», alega como razón.
Como parte del empoderamiento que predica en su vida personal y artística, ha decidido emprender proyectos como productora relacionados con su propia historia. «No sé si para televisión o pantalla grande, pero estoy trabajando en varios documentales y a la vez en un ‘biopic’ como el de Luis Miguel», ha anunciado.
«Vengo de una matriarcado: mi madre, mi abuela y mi bisabuela fueron mujeres que se reivindicaron en generaciones en donde queremos más como mujer, como madres, también como autora y ahora como productora», dice al respecto.
Dicho empoderamiento, no obstante, no la anima a hacer declaraciones sobre el ascenso de la ultraderecha en el mundo y el recorte de derechos que eso puede suponer para las mujeres. «Lo mío es la música», se limita a argumentar.
Javier Herrero