CIUDAD DE MÉXICO, enero 4 (EL UNIVERSAL).-
El Día de los Reyes Magos se acerca y Pedrito Sola no perdió la oportunidad de revivir como eran las mañanas del 6 de enero en la familia de los Sola Murillo, pues él despertaba con la esperanza de que le llegara la petición que había dejado en su carta, en la cual, habitualmente solicitaba una muñeca, pero los Santos Reyes preferían dejarle un balón.
Estamos a pocos días de que los Reyes Magos visiten las casas de todas las niñas y los niños, pues como es tradición, cada 6 de enero, Melchor, Gaspar y Baltazar viajan desde el Oriente para visitar a la población infantil, en representación del éxodo que atravesaron en su búsqueda de Belén, para visitar al niño Jesús a quien entregaron oro, incienso y mirra.
Sin embargo, hay algunas casas a las que, cada año, Melchor, Gaspar y Baltazar tienen dificultad para arribar, por lo que hay otras personas que se encargan de hacer llegar una sonrisa a las niñas y los niños, recolectando juguetes para su repartición, dentro de las fundaciones, inactivas y ONGs que llevan a cabo estas labores, se encuentra también la campaña conocida como «El Juguetón».
TV Azteca difunde dicha campaña, desde 1996, emprendida por Fundación Azteca, a través de la que se solicita la donación de juguetes. Fue, de hecho, apropósito de esta campaña que Jorge Garralda, el conductor de «A quien corresponda», visitó el foro de «Ventaneado», el día de ayer, para enviar un mensaje a la audiencia, con el objetivo de que se una a esta campaña, pues ya está próximo a suceder el Día de Reyes.
Y, por su puesto, Pedro Sola no perdió la oportunidad de contar su experiencia de cómo vivía esta fecha, tan esperada por todas y todos durante la etapa de la infancia. Sin embargo, el recuerdo del conductor de televisión no fue tan grato como podríamos creer, pues si bien, el economista creció en el núcleo de una familia acomodada, ya que luego de su familia se mudara de su natal Veracruz a la Ciudad de México se estableció en Polanco, los regalos que recibía en esta fecha no eran los que él quería.
La revelación tuvo lugar mientras Sola intercambiaba algunas frases con Garralda a quien le expresó: «Señor Garralda yo pedía muñecas y me traían balones… pues ¿Qué quiere que le diga?, mire nomás lo que pasó…», contó con el humor que lo caracteriza. Luego de dicha declaración, tanto Garralda como las compañeras y compañeros del programa de Pedrito soltaron una carcajada, amenizando la transmisión.
Y aunque el conductor de 75 años contó esta anécdota, en el pasado ha referido que su infancia fue una etapa feliz, pues a los dos años llegó a la Ciudad de México. En 1949 –detalla en un video de su canal de YouTube- su familia se asentó en un departamento ubicado en las calles de Newton y Emerson, en Polanco.
Pedrito recordó que asistió a la primaria «The Mexico City School», primer centro de estudios al que asistió, pues en esa época –destacó- las familias eran las que preparaban a las niñas y los niños con algunos conocimientos antes de que llegar a la educación básica, por lo que cuando el ingresó a estudiar, ya sabía leer, escribir y realizar algunas operaciones matemáticas.
Durante su estancia en esa primaria, Sola estima que vivió unos de sus mejores años, pues la escuela tenía una metodología que, además de impartirles materias en inglés la mitad de la jornada, no obligaban a las y los estudiantes a realizar actividades con las que no se identificaban, por lo que él aprovechaba las manualidades y el coro de la escuela, cuando otras niñas y otros niños preferían aprovechar las horas recreativas para ejecutar algún deporte o actividad física.