Quedaron convertidos en marido y mujer Pedro García Trinidad y Judith Salazar Martínez, en una ceremonia que tuvo lugar en el templo de San Antonio de Padua.
Radiantes de felicidad, los novios se presentaron en el sacro recinto y al pie del altar principal ocuparon los reclinatorios que tenían destinados para ellos.
Los contrayentes estuvieron acompañados de sus padres, él de Mario García Barajas y María de los Ángeles Trinidad Martínez, y ella de su mamá, María Piedad Martínez Medina.
Luego, el sacerdote llevó a cabo el ritual matrimonial, durante el cual preguntó a Pedro y Judith si estaban dispuestos a amarse y respetarse como esposos, así como a recibir con amor los hijos que Dios les mande, a lo que contestaron afirmativamente, aceptándose como marido y mujer.