Washington, 9 sep. (EFEUSA).- El vicepresidente Mike Pence evaluará este martes con el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, el desarrollo del acuerdo firmado con México para reducir la inmigración ilegal, acordado hace 90 días.
«Hace 90 días, México acordó intensificar sus esfuerzos para detener la inmigración ilegal a Estados Unidos. Esperamos reunirnos mañana con los funcionarios del Gobierno mexicano para hablar sobre sus esfuerzos recientes y discutir formas en que podemos continuar para asegurar la frontera», dijo Pence en su cuenta de Twitter.
«¡Todavía hay más trabajo por hacer!», advirtió.
La reunión llega después de que Ebrard asegurase el pasado viernes que México ha reducido en 56 % el flujo migratorio hacia Estados Unidos desde que se firmó el acuerdo en junio gracias a una «estrategia exitosa», por lo que no espera la imposición de aranceles por parte de Washington.
Al actualizar los resultados de la estrategia aplicada a raíz del acuerdo del 7 de junio con el Gobierno para evitar gravámenes a todos los productos mexicanos, Ebrard indicó que la región que tiene el descenso más importante, de más de 70 %, es la de Tijuana y Mexicali, en el fronterizo estado de Baja California.
En segundo lugar está Ciudad Juárez, en Chihuahua, y por último el estado de Tamaulipas.
Hasta ahora no había confirmación por parte del gobierno del presidente Donald Trump sobre el encuentro de mañana en la Casa Blanca, pero Ebrard sí había informado de que viajaría a la capital del país con otros miembros de la Administración de Andrés Manuel López Obrador.
Respecto a las expectativas de la reunión, el canciller mexicano señaló el pasado viernes que «México está acreditando que la estrategia que planteó es exitosa, que no conviene cambiarla, por lo que no se espera que haya una amenaza arancelaria».
En junio, EE.UU. y México alcanzaron un pacto migratorio que llevó a Trump a suspender indefinidamente su plan de imponer gravámenes a todas las importaciones mexicanas, que iba a entrar en vigor en la segunda semana de ese mes.
Ese pacto implica que EE.UU. devuelve a México a todos los indocumentados que llegan a su frontera y solicitan asilo, un colectivo que conforma el grueso de la actual oleada migratoria, mientras esperan que se resuelvan sus peticiones en los tribunales migratorios del país.